EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN

8. Un encuetro

En la casa de los Grier, todo había vuelto bien después de pequeña discusión que tuvieron el día del hospital.

Sam en esos momentos se encontraba leyendo un libro de historia el cual tenía tres semanas para leerlo y hacer un ensayo para el segundo parcial.

Sam iba en último grado de preparatoria, quinto semestre, la cual la hacía mediante clases virtuales, pues sus condiciones no dejaban ir a la prepa personalmente. Cabe destacar que le hubiese encantado ir como otra alumna normal a la escuela, pero era ese el problema; su corazón no le permitía ser nada normal, nada en en su vida.

—Sam—gritó su padre desde la planta de abajo—. Tú madre y yo iremos al súper a traer el mandado. ¿Encargas algo?

Esta cerró el libro, paro de silla giratoria y fue hacia donde estaba su padre.

—¿Puedo ir con ustedes?—preguntó haciendo un puchero.

—Claro—asintió—. Solo ponte un abrigo, está fresco afuera.

—Ya vengo.—añadió subiendo las escaleras.

                      •.:*.•

Sam estaba entre sí escoger sus tradicionales toallas femeninas o la caja de tampones que tenía al frente.

A decir verdad, le daba un poco de curiosidad y de miedo probar con los tampones, su madre había dicho que era mucho mejor usar los tampones, pero a Sam le daba un poco de miedo no saber colocárselos.

Solo de que mi mamá me los ponga, claro. Rio de sus propios pensamientos.

—Qué más da—dijo al agarrando los tampones, pero de igual manera las toallas.

Ahora iba por los pasillos de pinturas, aunque ella no era de pintarse exageradamente, como muchas de las chicas que miraba en redes sociales, solo único que usaba era, polvo, rubor y un enchinador para pestañas. Lo único que le hacía falta era un labia. Así que escogió un rosa bajo.

  Volteó hacia su derecha al escuchar una voz conocida.

—Milo, quieres cerrar la boca. Te he dicho que no compraré un licor. En verdad estás loco.

Sam no perdió el tiempo en acercase hacia ellos.

Se puso detrás frente de los hermanos Parker.

—Vaya, tú debes ser Milo.