EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN

25. Un poco avergonzada

Sam estaba ansiosa, demasiado ansiosa diría yo.

Estaba sentada en una silla giratoria en su cuarto donde solo estaba descargando su ansiedad dando medias vueltas sin parar de su silla.

No pudo.

De verdad no pudo contener esa sonrisa al recordad lo ocurrido hace dos días con Mike. Después del beso no había tenía el coraje de enfrentarle o mandarle mensaje pues le daba vergüenza aceptar que le gustó aquel beso, lo sé, no debería tener pena, pero así lo sentía ella por pensamientos de qué tal vez a Mike no le había parecido o algo por el estilo.
Alguien tocó su puerta, a lo que ella respondió con un <<adelante>>.

—¿Vienes a la casa de los Parker?—dijo Elliot.

—¡No!—dijo apresurada y sin pensarlo.

—¿No?—preguntó extrañado.

—Eh, quiero decir,—balbuceaba Sam y sintió sus mejillas arder— tengo tarea para mandar y aún no empiezo.

Elliot puso una cara chistosa por la respuesta de la chica—Pero es sábado y habías dicho que el lunes no tendrías clase.

Sam se dio un golpe interno.

Suspiró teatralmente, se paró de la silla y de un golpe se tumbó sobre la cama.
—Me di un beso con Mike—dijo muy rápido.

—No te entendí—dijo Elliot sentándose a un lado de ella.

—¡Me di un beso con Mike!—dijo ahora gritando y pataleando la cama con las manos y los pies, como si estuviera haciendo un berrinche.

Se hizo un silencio. Y, nada increíble, Elliot se empezó a reír.

Sam levantó la cara y abrió la boca ofendida por la acción del chico.

—Sam, se miraba a kilómetros que querían eso y hasta se me hacía tarde que no lo hicieran.

>>Además, Milo ya me lo había contado, por eso no te sacaba el porque ayer no quisiste salir con nosotros al cine.

—¡¿Por qué no me lo habías dicho?! Eres malo, Elliot. Yo sufriendo (ni tanto) por esto y tú lo sabías. Me siento ligeramente ofendida y traicionada.

—Lo lamento, pero era gracioso ver tu cara de espanto cada vez que decía el nombre de Mike—ríe—. En fin, ¿vas?

Sam dudó unos segundos.

—Voy.