—¡Sam!—grita Elliot desde la parte baja de la casa.—¡¿Si?!
—¡Te hablan por el teléfono!
—¡Voy!—grita Sam abriendo la puerta de su habitación dirigiéndose escaleras abajo.
Se acerca a donde está su primo y toma el teléfono.
—¿Quién es?—dice intrigada.
—Ya sabrás—menciona él guiñándole un ojo.
Mmm, será que..., Sam toma una bocada de aire y contesta con un <<¿bueno?>>.
—Hija—dice su mamá.
Sam se vio decepcionada, pero borró eso de su mente.
—Madre, ¿qué pasó?
—Tenemos que ir hoy a la revisión con el cardiólogo, así que toma el camión de las una y media, allá te veo.
Sam se puso nerviosa, por motivos que ella sólo sabía. Así que soltó una risa nerviosa.
—Ma, no hay necesidad, hoy y los días anteriores me he sentido muuuuy bien—se apresuró a decir con una pequeña mentira.
—Tienes que ir de todos modos.
—Eh...—dudó— claro, sí.
—Bueno, nos vemos en unas horas. Te quiero.
—Y yo a ti—respondió Sam con voz baja y después le colgó.
Se empezó a preocupar, mucho. No quería ir de nuevo al hospital, no quería. Por miedo, miedo a que le dijeran de su corazón. Ya estaba harta y ni quería escuchar más cosas sobre eso. Ella quiere ser alguien normal. Con un corazón normal. Como una chica normal que, sin impedimento, podría ir a la escuela, podría correr, jugar, hacer deportes y pasear sin ningún pendiente con el chico que le gusta.
Estaba harta, y ella iba a disfrutar cada minuto sin darse cuenta de las consecuencias.
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EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN
Short StoryPorque ella guardó su recuerdo en su corazón. Y él guardó su ausencia en sus recuerdos.