28. Algo está mal con Sam

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—¡Sam!—grita Elliot desde la parte baja de la casa.

—¡¿Si?!

—¡Te hablan por el teléfono!

—¡Voy!—grita Sam abriendo la puerta de su habitación dirigiéndose escaleras abajo.

Se acerca a donde está su primo y toma el teléfono.

—¿Quién es?—dice intrigada.

—Ya sabrás—menciona él guiñándole un ojo.

Mmm, será que..., Sam toma una bocada de aire y contesta con un <<¿bueno?>>.

—Hija—dice su mamá.

Sam se vio decepcionada, pero borró eso de su mente.

—Madre, ¿qué pasó?

—Tenemos que ir hoy a la revisión con el cardiólogo, así que toma el camión de las una y media, allá te veo.

Sam se puso nerviosa, por motivos que ella sólo sabía. Así que soltó una risa nerviosa.

—Ma, no hay necesidad, hoy y los días anteriores me he sentido muuuuy bien—se apresuró a decir con una pequeña mentira.

—Tienes que ir de todos modos.

—Eh...—dudó— claro, sí.

—Bueno, nos vemos en unas horas. Te quiero.

—Y yo a ti—respondió Sam con voz baja y después le colgó.

Se empezó a preocupar, mucho. No quería ir de nuevo al hospital, no quería. Por miedo, miedo a que le dijeran de su corazón. Ya estaba harta y ni quería escuchar más cosas sobre eso. Ella quiere ser alguien normal. Con un corazón normal. Como una chica normal que, sin impedimento, podría ir a la escuela, podría correr, jugar, hacer deportes y pasear sin ningún pendiente con el chico que le gusta.

Estaba harta, y ella iba a disfrutar cada minuto sin darse cuenta de las consecuencias.

EN MI MENTE Y EN SU CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora