Capítulo 1: Noche

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La persecución había sido divertida, pero cuando la víctima se metió en aquel callejón sin salida, todo había terminado.

El objetivo se encontraba temblando y muerto de miedo, sus expresiones desesperadas se contrajeron haciéndolo lucir desagradablemente terrible. Pero esos síntomas solo eran provocaciones, y una potente fuente de alimento para el demonio de Gulf. Sus ojos brillaban intensamente, su aura desprendía una sombra tan intimidante que se camuflajeaba en la oscuridad de la noche, resaltando solo el brillo desigual de sus pupilas.

Su lado oscuro solo quería escuchar unos gritos más, ver brotar un poco de sangre más. Solo quería cobrar por lo que le habían pagado. Darle una paliza a ese hombre de tez morena, torturarlo desde adentro de su mente y finalmente entregarlo a quien correspondía.

—No se quién eres pero... ¡Déjame en paz! —Gulf sonrió de lado dando un paso más hacia su presa.

—¿Dejarte en paz, dices? —Se río con burla. —Debes pagar por tus crímenes. —El hombre moreno aulló cuando Gulf lo levanto del cuello de su camisa haciendo tronar la tela en sus manos, sus pies se despegaron ligeramente del suelo. Su cabeza se estampó contra la pared y sus ojos casi se llenaron de lágrimas por la fuerza bruta ejercida sobre el.

—Te doy lo que quieras, puedo pagarte el doble de lo que van a pagarte. ¡Déjame ir! —Gulf ladeó su rostro oliendo el miedo desprender del hombre, y cuando sus fosas nasales de expandieron un estremecimiento satisfactorio le recorrió el cuerpo entero.

—Escucha... No tengo nada contra ti, pero si algo he aprendido de los humanos es que son capaces de traicionar con tal de liberarse. Y tú, eres un asqueroso humano que no merece mi misericordia. —El hombre dejo de moverse en el transcurso de la oración. Seguía escuchando pero su mirada ya se encontraba perdida en la hipnosis que Gulf lo metió.

Pero entonces un mal cálculo en su plan, le hizo poner sus ojos en blanco. Los hombres que los perseguían estaban justo detrás de él. Soltó al tipo que estaba atrapado con su mayor miedo dentro de su mente. Se dio la vuelta y con una vista rápida pudo contar nueve hombres.

Miró al tipo en el suelo, y sus labios se curvaron en una sonrisa diabólica. Venían a recuperar al hombre que parecía dormir profundamente, sin saber que estaba siendo torturado en su interior.

Gulf divisó en la pared cercana a él, un tubo de metal, largo, hueco y como de 1 metro y medio. Jugó con su lengua dentro de su boca y se arrojó, contra los hombres horribles que también corrían hacia el.

Les daría una lección por servir a alguien tan patético como ese hombre.

Gulf disfrutaba de escuchar la carne siendo mallugada, del crujir de los huesos siendo vapuleados. Uno contra nueve, podría ser una locura infernal, donde estaba de más decir quien seria el perdedor. Para alguien normal, claro. No para Gulf. 

Sus ágiles movimientos eran como deslizar una pluma en el aire, prácticamente así se sentía. Con el dolor cada vez más profundo en sus poros, los hombres venían a él una y otra vez. La intensión de robar al hombre detrás de él era lo que les impedía darse por vencidos, mala idea. Ahora que lo tenia, no había forma de que pudiera soltarlo.

La oscuridad se volvió tenue cuando la luz dentro de él se asomó por unos segundos. Cerró sus ojos fuertemente, el demonio se rehusaba a regresar, y su ángel luchaba por apagar esa oscuridad. Detestaba la sangre, odiaba el dolor de los humanos. 

Y en esa desestabilidad de sus dos naturalezas, Gulf no vio venir el golpe en su mandíbula, provocando que se mordiera la lengua con sus dientes. Sus ojos se volvieron dos chispas humeantes, pues ese golpe había dolido tres veces más de lo normal, confinando a los dos seres que peleaban en su interior. 

Encanto Seductor ☆ MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora