Capítulo 4: Dualidad

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Cuando Mew salió por la puerta casi al medio día, Gulf volvió a su estado natural. Estiró sus piernas y brazos sobre la cama de Mew, y enterró su cara en la almohada, jaló las sabanas y se cubrió el cuerpo completamente, llenándose del delicioso aroma del hombre que se acababa de ir. 

El día anterior Gulf decidió seguir a Mew pero en la forma que se le fue otorgada, un gato negro. Él quería saber donde vivía el hombre, dormir cerca de él, y sabia que en su forma humana no seria posible, por ahora. 

Al cabo de unas cuantas horas más tarde Gulf se despertó, el intenso sol abrazaba su cuerpo produciendo un odioso malestar. Se puso de pie y volvió nuevamente a su forma gatuna, pensó que seria más seguro para él, ya que no quería que alguien lo viera salir de aquí.

Dio una ultima vista al lugar donde paso la noche y salió por la ventana. Al llegar a su apartamento, decidió que no era momento de tomar una ducha,  el aroma de Mew todavía seguía en su cuerpo y no quería borrar esa tentadora esencia. 

 ꕤ

—Lo siento mucho. —Fueron las últimas palabras que dijo el doctor Suppasit a la pareja de mediana edad, hizo una pequeña reverencia y se dio media vuelta. A Mew no le gustaba dar las malas noticias pero era parte de su trabajo, pero a pesar de eso nunca se acostumbraría a ver los gestos de dolor en los familiares de los pacientes. 

Mientras caminaba apretó el puño cuando el llanto desgarrador de una madre le paralizó el corazón, se detuvo y miró hacia atrás. Cuando lo hizo se encontró con los ojos inyectados de odio del señor. Mew suspiró, ellos siempre pensaban que era su culpa cuando los pacientes no se curaban, pero la medicina y los doctores no hacían milagros . 

—Es su culpa que mi hija este muerta. —Gritó el señor con los ojos rojos, mientras estaba agachado en el piso abrazando a su esposa. Mew miro a su alrededor a las personas que habían decidido prestarles atención. El afligido doctor entendía la posición del hombre, antes había pasado por casos similares, donde al no querer aceptar algo tan doloroso como la muerte culpaban a los demás. En especial en los especialistas a los que les confiaron su vida.

—Lamento contradecirlo, pero no es culpa mía, el estado en el que llegó su hija era critico. Los daños que sufrió en el accidente fueron catastróficos para su cuerpo. —La chica ni siquiera pudo protegerse la cara de los vidrios ante el impacto. Terminó Mew en su mente.

—Si la hubiera tratado un médico con mayor experiencia seguramente hubiera podido salvarla. —Escupió el hombre con furia mezclada con una potente aflicción en cada una de sus palabras. Mew trató de mantener la calma. No era por ser egocéntrico, pero él podía igualar la inteligencia y experiencia de un medico veterano, o hasta más.

—¿Qué sucede, doctor Suppasit? —Uno de sus superiores se acercó a ellos para controlar la situación que estaba llamando la atención de todo el piso. La pareja se puso de pie en un estado devastador, el hombre empezó con sus erróneas acusaciones y finalmente el doctor mayor dijo lo mismo que Mew había dicho antes, pero claramente el hombre no estaba conforme. 

No cuando la persona que decían muerta era su hija, aquella que les costó tanto concebir, ya que su esposa no podía quedar embarazada de la forma normal y habían recurrido a la fecundación in vitro. Por que su más grande deseo era ser padres.

Después de ese caótico momento, Mew entró en su oficina. Se sentía de mal humor, y aunque sabia que esa chica no tenia posibilidades de vivir aunque la hubiera tratado otro medico habían herido su orgullo. Mew confiaba plenamente en sus habilidades y conocimientos, pero el malestar seguía ahí.

No era muy agradable escuchar que una persona había muerto por tu incapacidad como médico, cuando existían situaciones que simplemente estaban fuera del radar de la ciencia, cosas que la medicina no podía curar. 

Encanto Seductor ☆ MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora