Capítulo 11: Negación

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—Estoy seguro que te gustará el lugar al que te llevaré. —Dijo Gulf cerca de la oreja de la chica mientras bajaban las escaleras, la mano en su delgada cintura se apretó un poco. Evitó decepcionarse al susurrarse a si mismo que una cintura como esta no era de su total interés. 

Hm, ¿Cómo decirlo? Él las preferiría más grandes, con más músculos, con algunos abdominales duros que se presionaran sobre su estómago o su espalda. 

«Maldición»

Mordió su labio ante el recuerdo de la otra noche, él hombre era exquisitamente elocuente y eso le encantaba; como su cuerpo entero parecía responder sin poner siquiera una sola queja ante el toque primoroso de Mew, sin importar con que lo tocara. 

—Apuesto a que si, estoy muy intrigada. —«Yo también, Lia». Gulf miró hacia el segundo piso, aunque no podía ver a Mew, sabia que el hombre se encontraba sentado ahí, posiblemente con muchas dudas, o tal vez no. 

«En realidad, ¿Cuánto te importo, Mew?»

Salieron del establecimiento, doblando por una calle a tres cuadras, Gulf se excusó diciendo que en ese lado estaba su auto. 

Al ver el auto negro estacionado, Lia por alguna razón empezó a desconfiar. Se había dejado llevar por un desconocido que no conocía de nada solo por su cara bonita. Era una completa tonta. 

—Ehm... Creo que nos precipitamos un poco, es mejor que regrese con mis amigos, si quieres puedo darte mi número y quedamos para salir y... bueno, todo lo demás. —La chica confió en que Gulf entendería. 

—Por supuesto. Te precipitaste demasiado, las chicas fáciles no me gustan. ¿Nunca te enseñaron a no irte ni dejarte convencer por extraños? —Gulf mostró esa sonrisa combinada de seducción y encanto. La chica sintió como sus piernas temblaban, y el viento frío casi le helaba los huesos de las piernas. Miró a todos lados en busca de un poco de ayuda, pero lamentablemente las calles estaban vacías, solo unos pocos autos transitaban sin pararse a ver a nada más que no fuera llegar a su destino. 

—Tengo que irme. —Dijo ella segura pero con el corazón latiendo a mil por hora. Pero cuando una de las ventanas del auto se bajó, específicamente la del copiloto a ella se le paralizó por completo el corazón.

—¿Por qué tardas tanto? Vamos vamos, que mi tiempo es oro. —Tay espetó de mala gana, estar en el auto mientras esperaba no era nada divertido a decir verdad, más si sus datos se habían terminado.

—Camina. —Lia trató de resistirse cuando Gulf la tomó del brazo y la arrastró hasta el auto, pero se negaba a querer avanzar. 

—Suéltame, ¿Por que hacen esto? ¡Déjame! —Gulf suspiró. Era un hombre impaciente que odiaba lidiar con arrebatos emocionales que sobrepasaban la capacidad de tener el control sobre el propio cuerpo. 

—¡Cállate! —Lia quedó en shock al sentir como era lanzada sobre la puerta cerrada del auto, quedándose quieta ante el impacto. —Es mejor que duermas. —Ella miró directamente a los ojos bicolores que le habían fascinado desde el primer momento que los vio y entonces ella; cerró los ojos y dejo de tener movilidad en el cuerpo.

Gulf abrió la puerta del auto y la metió dentro sin ninguna dificultad más. 

—Oye, ¿Qué le hiciste? —Preguntó Tay alarmado al verla acostada en el asiento trasero inconsciente. 

—Solo esta durmiendo, no me mires así. O ¿prefieres soportarla todo el camino? —Tay asintió, pensando que era lo mejor, posiblemente ella intentaría golpearlo, matarlo o tal vez escapar.

Encanto Seductor ☆ MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora