Capitulo IX

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La seguridad aumentó. Xie Lian apenas estaba solo.

Pero en la ciudad fantasma Hua Cheng ya sabía la noticia. El chisme había corrido por rodo el cielo, habría un nuevo ser divino, pero algo en el corazón de Hua Cheng le decía que estaban equivocados.

Pasaron los meses. Xie Lian ya lucía un pequeño vientre y con cada día perdía más la esperanza de huir.

Entonces el Monte Tonglu se preparó para crear un nuevo Rey fantasma. Así Xie Lian recibió la noticia mientras los dioses se preparaban para contener a los demonios.

—Tú vendrás conmigo.

Anunció Jun Wu a Xie Lian. Su plan era hacerlo entrar en el horno de cobre para que ahí diera a luz y el bebé dentro de convirtiera en una devastación.

Xie Lian al entender su plan había tratado de forcejear, necesitaba proteger a su bebé, no podía permitir que se convirtiera en algo como eso, pero veía sus esperanzas acabadas cuando no tenía a nadie a quien pedir ayuda.

— Es así, nadie vendrá a salvarte, solo yo estoy aquí para ti, me parecía que eras muy amigo del señor del viento — ante su mención Xie Lian se tensó.

—¿Qué le hiciste? — Xie Lian había pensado que era muy sospechoso que no apareciera desde hacía más de un mes.

— No te he dado las noticias porque no era el momento, pero tanto el señor del viento y el señor del agua han sido devorado por Aguas Negras y pensar que el señor de la tierra era una calamidad disfrazada de dios... — Xie Lian se quedó estupefacto ante esa revelación, sintió que ahora sí estaba sólo, ¿cómo había sido tan tonto para creer que alguien vendría?

— ¿Ya se comienza a cerrar Xian Le, no te parece maravilloso?

— ¿Por qué quieres hacerle algo como esto a nuestro hijo? ¿Cómo puedes ser tan cruel? — Xie Lian quería salvar a su pequeño, se había esforzado por ser positivo y darle felicidad y buenas energías a su bebé, pero ahora...

— Por eso, porque es nuestro hijo es el más indicado, tú eres como yo Xian Le y nuestro hijo será como nosotros, o ya has olvidado todo de ti, de nosotros... — Jun Wu le mostró una máscara blanca medio sonriendo, medio llorando —: Somos iguales... parece que necesitas que te refresque la memoria. —Xie Lian se quedó paralizado y comenzó a gritar tratando de alejarse de Jun Wu mientras rogaba porque alejara eso del el sintió como la máscara se presionó contra su rostro y el horno se cerró.

A penas podía moverse, el calor y el peso del bebé lo sofocaban y cuando esa máscara llegó a él recordó sus peores momentos cuando se había dejado llevar por Bai Wuxiang.

Miró con horror a Jun Wu. No podía creer que fueran la misma persona, pero su crueldad era comparable.

—Seremos perfectos los tres, no habrá lugar que no nos tema.

Lluvia Sangrienta que Poliniza una FlorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora