A la mañana siguiente se despertó, el emperador no estaba en la habitación para su alivio, pero entonces noto que el hilo rojo en su dedo que le mantenía unido a San Lang estaba roto.
Se prometió no llorar, pero ver su vínculo roto lo hizo pensar que no había vuelta a atrás. Lloró amargamente sintiendo que su cuerpo dolía. Se bañó tan bien como pudo tratando de borrar la cercanía de Jun Wu y luego se tiró en la cama pasando varios días sin probar bocado.
El emperador lo dejó recuperarse. Mientras tanto el intentaba contactar a Hua Cheng.
Unos días después recibió la visita de la señora del viento. Ella entendía y lo consoló tanto como pudo.
—Está buscando la forma de llegar a usted — Le dijo en un susurro. Pero Xie Lian estaba avergonzado y pensaba que tal vez ya no era digno de Hua Cheng y era mejor no verlo más.
—Pero... el emperador...
La señora del viento comprendió.
—Sé que es terrible pedirle calma, pero es lo que puede hacer por ahora.
Tener calma no era algo de lo cual estaba realmente seguro, todo en ese palacio comenzaba a hacerle sentir ansiedad y tristeza por haber roto su promesa a Hua Cheng.
Cuando le llegaba su comida traída estrictamente por sirvientes que no le dirigían la palabra y se marchaban tan rápido como habían llegado, simplemente dejaba allí la bandeja reposando sin ser tocada.
—Si alteza al menos debería comer un poco, no tiene buena cara — dijo la señora del viento. Notó la negativa de parte Xie Lian al respecto no que forzarle, pero también estaba preocupada.
Tomó un pequeño y fino bollo, y lo abrió a la mitad.
—Solo la mitad, yo también comeré y te acompañaré, ¿Te parece? — Xie Lian quien ahora parecía un niño castigado no pudo evitar sonreír un poco ante su intento y le agradeció tomando la otra mitad del bollo, ambos decidieron comerlo al mismo tiempo, entonces cuando la señora del viento estaba degustando con emoción al ver a su alteza comer, rápidamente dejó caer el bollo a medio comer.
—¡Su alteza! — Xie Lian no se veía nada bien, su piel palideció de golpe y sus labios perdieron todo color, Xie Lian no dijo nada, solo corrió al baño entonces allí se encerró por unos instantes dejando a la señora del viento en ascuas — ¡Su alteza por favor responda!
La puerta se abrió de golpe y entonces sintió a Xie Lian tratar de esconderse en su pecho, entonces comenzó a sentir como se mojaba la tela de su túnica —Su alteza no llore por favor, no pretendía hacerle sentir mal, no debí insistir en. darle de comer eso... — Xie Lian negó con su cabeza dando a entender que no estaba triste por eso.
— Lo siento, puedo sentirlo en mi interior — dijo entre lágrimas — Dime que no es cierto — Xie Lian le entendió su mano y la señora del viento sintió su energía espiritual, entonces se quedó pasada tanto así que volvió a su forma original de golpe.
— Su alteza esto es...
No era necesario saber medicina, claramente se sentía algo, como si hubiera dos poderes espirituales diferentes en su cuerpo. Uno era el suyo, contenido por los grilletes, pero había otro revoloteando.
—No puede saberlo.
Xie Lian sintió terror, no podía decir con certeza de quien era el bebé que esperaba.
—Pero es el padre... el emperador ahora menos que nunca lo dejará ir.
Xie Lian miró a un lado y la señora del viento entendió que tal vez no era del emperador.
Con esa cantidad de poder espiritual siendo un feto seguramente tenía un padre poderoso, pero ambos candidatos eran poderosos.
Haciendo caso al hilo roto en su dedo, tal vez el embarazo era lo que lo había roto y el bebé era de Jun Wu.
—Si es de San Lang... por favor señora, no diga nada. Aunque sea de cualquiera, el otro querrá acabarlo, no puedo permitirlo.
Pensaba en el espíritu fetal, no quería que su hijo tuviera la oportunidad de ser un fantasma resentido.
—Vendré a verlo todos los días! Juntos encontraremos una solución.
Xie Lian asintió. Pero no esperaba que esa noche Jun Wu quisiera tomarlo de nuevo.
Esta vez Xie Lian se negó con energía. No quería que su violencia afectara al bebé. Pero en cuanto le tomó la mano, lo supo.
—Tienes a mi hijo...
— No es cierto — trató de negarlo, aunque sabía que era inútil, Jun Wu sonrió.
— No debes temer Xian le, protegeré a nuestro hijo — dijo ignorando la mirada de desesperación que tenía Xie Lian en su rostro - Está bien, no te tocaré, debes estar tranquilo por nuestro hijo, no sabes que tan feliz me haces - Xie Lian tembló ante la mención de "nuestro hijo".
No quería pensar en la posibilidad de que fuera así.
El emperador simplemente aprovechó a besar sus labios.
— Me aseguraré de que a partir de mañana estés resguardado por nuestros mejores oficiales.
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Lluvia Sangrienta que Poliniza una Flor
FanficXie Lian el príncipe heredero de Xian Le, ha ascendido por tercera vez al reino celestial pero esta vez no como un simple dios sino como el prometido del emperador celestial Jun Wu, pero a su vez se encuentra atrapado en un mar de intrigas luego de...