Capitulo IV

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Se escucharon unos gritos antes de ser arrastrado, apenas pudo reconocer las voces de Feng Xing y Mu Qing, antes de que pudiera darse cuenta un par de brazos le sostenían con mucho cuidado como si fuera algo demasiado preciado, levantó la mirada para ver el rostro de esa persona.

Se encontró con la mirada devota de Hua Cheng que le sonrió buscando tranquilizarle.

— Me parece que su alteza me necesitaba — le dijo como si hubiera leído su mente.

Xie Lian se sonrojó nuevamente — San Lang, no debiste... Lo más probable es que tengas problemas con el emperador.

— Si debo tener problemas por secuestrar a su alteza que así sea, después de todo no podía ignorar tu pedido de ayuda.

—San Lang... — Xie Lian desvió la mirada — Por favor bájame está bien, yo puedo seguir — estaba algo avergonzado de que el otro le llevara todo el camino.

Hua Cheng accedió, aunque parecía algo renuente a hacerlo, no sé negaría a un pedido de su alteza.

—Gracias San Lang, yo realmente te agradezco que me hayas sacado de allí — dijo Xie Lian rápidamente de pronto su atención fue robada por una procesión vestida de verde que iba pasando a su lado, fue entonces que se dio cuenta que estaban en medio de un bosque, se sintió algo tonto porque no sé había dado cuenta porque se había quedado perdido en los ojos de Hua Cheng.

— ¿Dónde estamos?

—Es la procesión de Qi Rong.

Hua Cheng explicó que eran ellas flamas verdes y le pidió camuflarse con los aldeanos que llevaban atados.

Xie Lian aceptó cuando supo que se debían salvarlos.

No se dijo más del rescate, pero se sentía aliviado. Al ver el palacio y hablar con Jun Wu estaba totalmente abrumado. Por ahora debían estarlo buscando.

Siguieron y descubrió a QiRong devorando carne humana. Supo de inmediato quien era él y se avergonzó al escuchar sus maldiciones.

Hua Cheng no apartaba la mirada de la estatua a los pies del fantasma. Xie Lian supo que el rostro era el suyo. Era de esas estatuas modeladas para ser pisadas y avergonzarlo.

QiRong al ver a Xie Lian y reconocerlo, dejo la carne fresca de lado y comenzó a reír de manera ruidosa.

—Mi primo el príncipe heredero, loto blanco corazón negro está aquí, ha venido a verme a mí, realmente es un honor jajajaja.

Xie Lian frunció el ceño, pese a compartir la misma sangre siempre había algo en este primo suyo que le disgustaba.

— Tienes que liberar a esta gente, que crees que estás haciendo al convertirte en lo que te has convertido.

— ¡Calla! ¡no eres nadie para darme lecciones, mucho menos cuando he terminado así por tu culpa! — grito lanzando le un par de dedos a sus pies.

Xie Lian no retrocedió, pero le pareció una muestra algo desagradable, iba a reclamarle sobre su comportamiento cuando sintió algo aferrarse a su pierna, bajó la mirada hasta ver un pequeño niño que le miraba algo confundido.

— ¡Papá! — dijo el pequeño dejando en silencio a los presentes

Entonces QiRong comenzó a reír más fuerte mientras sostenía su abdomen.

—Yo... no...

Xie Lian quiso aclarar la situación, pero la voz del niño lo descolocó.

—Yo no soy tu padre ¿Dónde está el padre del niño?

Reclamó mientras Qi Rong reía viendo la situación.

—Me lo comí.

—¡Papá!

Al ser rechazado, el niño ahora se aferró a la pierna de Hua Cheng, lo que provocó más risas de su primo.

—¿Quieres un padre? Aquí lo tienes.. —QiRong abrió los brazos ante la mirada del niño —En mi barriga.

Soltó carcajadas mientras el niño corría hacia él y buscaba subir a sus piernas.

Xie Lian se apresuró y de inmediato abofeteó a Qi Rong y lo sometió mientras Hua Cheng rompía la estatua postrada.

— No lastimes a mi papá — dijo el pequeño dándole pequeños golpecitos en la pierna a Xie Lian.

— Pequeño, este no es...

—¡Claro que soy su padre! — grito QiRong — ¿Quién te crees que eres para decir lo contrario?

— ¡Papá! — el pequeño dejo de lado a Xie Lian para sobar la mejilla inflamada de QiRong.

Xie Lian tenía una extraña mueca de confusión en su rostro.

—¿Qué? Es la más pura verdad, ¡este bastardo es mío! — afirmó esta vez con fiereza — Yo mismo lo he dado a luz, ¡soy tanto su madre como su padre jajajaja! ¿Qué pasa con esa cara? ¿Estás celoso primo?  — dijo Qirong dejándose cuidar por el pequeño, no podía moverse porque aún Xie Lian le tenía sometido con esa odiosa serpiente de tela — Si tanto quieres uno, ¡puedes pedirle a lluvia sangrienta que también te haga uno jajajaja!

—¿También? — la palabra resonó en su cabeza.

Lluvia Sangrienta que Poliniza una FlorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora