Una sonrisa [Law X Lectora]

Capítulo 16

-¿Que te parecen estos?

Law te mostró un par de tenis azules y negros. Eran bonitos, parecían perfectos para lo que los quería.

-Me gustan más que los que vimos hace un rato. Espero que tengan mi talla.

Fueron juntos al mostrador para preguntar si de ese modelo había tu talla y efectivamente tuviste a oportunidad de probartelos

-¿Sabes qué? No he hecho ejercicio desde hace mucho. Me siento un poco nerviosa por eso.- reiste.

-Si quieres puedo llevarte yo, así estarás menos nerviosa.

-Está bien.

-¿Law?

Una voz femenina interrumpió la conversación. La chica en cuestión era alta, de cabellos verdes y largos. En general era bastante guapa.

-Te había visto desde lejos pero no estaba segura si eras tú.- sonrió.

-Ah, ella es Monet.- te explicó en un susurro.- Es parte del equipo del gimnasio.

-Oh, ¿en serio? Mucho gusto. Ahora mismo estabamos hablando del gimnasio. Law me había dicho para que me inscribiera también así que pensé en ir.

-Nos encantaria que fueras si estás interesada. No necesitas ningún tipo de cita para ir y mirar los alrededores. Si te gusta hasta puedes quedarte.

Monet parecía amable, mientras hablaba contigo sonreía mucho. Además no parecía difícil de llevar.

-Me tengo que ir, no puedo dejar sola a la amiga con la que vine.- mientras se alejaba saludaba con una mano.- Nos vemos.

-Adiós.- la despediste también.- ¿Todas las personas del gimnasio son asi de amables?- le preguntaste a Law.

-Si. La gente del staff son amigables. El lugar es muy limpio y el director es genial.

Sonreiste, era bueno que siendo él una persona tan seria estuviera relacionandose de buena manera. Normalmente solo te sonríe a ti y a los niños.

Un par de días después, aprovechando que saliste temprano de clases y no debías ir a trabajar esa tarde, decidiste pasar al gimnasio y darle una sorpresa a Law.

Apenas entrar la recepcionista te recibió de manera calurosa. Ya que solo ibas a hacer una visita a las instalaciones llamó a uno de los entrenadores para que hiciera de guía.

-Buenas tardes, mi nombre es Zoro. Sígueme, te guiaré en la visita.

Estuvieron un rato caminando y conversando mientras te explicaba las normas del lugar, lo que hacían y de que manera lo hacían. Prometía ser un buen lugar para hacer ejercicios.

-Como ya sabes el estudio y el área del gimnasio estan en el primer piso. La piscina y el spa al subir por las escaleras. Suele haber mucha gente a esta hora aún, algunas vienen del trabajo ya que la estación está cerca. Bueno, ya terminamos el recorrido.- suspiró cansado.- ¿Hay algún área en particular que quieras ver?

-Ah, no sabría decir ya que es mi primera vez.

-En ese caso te recomiendo que busques un entrenador personal. Tú puedes escogerlos pero podría presentarte algunos que conozco.

Mientras continuabamos caminando hacia la recepción nuevamente pude ver a Law atravez de una ventana. Estaba hablando con Monet cuando repentinamente le sonrió.

Algo se quebró ligeramente dentro de mi pero no estaba segura de lo que era.

-¿Hay algo que llamó tu atención en esa área?

-No, solo que vi a alguien que conozco.- respondiste desanimada.

Una media hora más tarde ya Law había salido del entrenamiento y ambos caminaban juntos a casa.

-No esperaba que vinieras hoy. Ibamos a venir juntos pasado mañana.

-Quería darte una sorpresa.

-¿Te gustó el ambiente?

Repentinamente recordaste cuando le sonrió a Monet. Habías sido un poco engreída al pensar que solo te sonreía a ti y ahora te sentías rara al saber que no era así.

-Más o menos.

Honestamente no querías que nadie más lo viera sonreir de esa manera.

-Law, ¿cuanto tiempo va a durar esto?

-¿A que te refieres?

-Bueno es que recordé que solo te inscribiste por un malentendido así que...

-¿Debería dejar de ir?

-Ya te dije que la diferencia entre nuestra resistencia es mucha. Si sigues así te prohibiré el sexo.- bromeaste

-Si quieres que lo deje por esa razón esta bien.- rió.

Hubo una pausa con un silencio que era incómodo.

-Aunque parece que tú disfrutas estar ahí.- susurraste.

-Si no te gusta yo podría...

-Tonto. Estás entrenando por mi ¿no?

Él suspiró y sonrió. Tomó tu mano para continuar caminando.

-¿Que te parece si hoy salimos a comer? Yo invito.- lo codeaste.

-Me parece bien.

No podías decirle que dejara de ir al gimnasio por que estabas celosa. Eso sería demasiado egoísta de tu parte.