Capítulo 4

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Era la segunda vez que veías su sonrisa, te ruborizaste porque esta vez lo estabas viendo de cerca, tal vez demasiado cerca. Y, de alguna manera, disfrutaste verlo sonreir así.

Aunque nunca se lo dirías.

-¡No me trates como uno de tus estudiantes! ¡Mejor ve por la mochila de Kanata y deja de molestarme!- le gritaste avergonzada por la situación.

Él rió levemente antes de levantarse. Poco a poco los niños fueron separándose de ti para ir a jugar a otro lado, solo quedó tu sobrino que se entretuvo jugando con los botones de la blusa de tu uniforme.

Minutos después ya estabas lista para marcharte del lugar. Kanata estaba sosteniendo una de tus manos fuertemente, al parecer ya tenía ganas de llegar a casa.

-Lamento interrumpirte cuando estás trabajando.

-Si, hablar de estos temas aquí es una molestia.- respondió.

-¡Tú fuiste el que empezaste!

-No pensé que tomaría tanto tiempo, pero me gustaría escucharte hablar de ello en mis vacaciones. Comienzan el fin de semana.

-¿Eh?

-No tienes novio así que seguro tienes tiempo libre.

Ese comentario inesperado hizo que te enfadaras, querias golpearlo.

-Lo siento por tener tiempo libre.- respondiste sarcásticamente.

-Entonces te llamaré cuando llegue a casa, más te vale responder.

-¡No decidas cosas por tu cuenta!- le gritaste.

Aún así media hora después estabas acostada en la cama mientras mirabas fijamente el celular. Kanata estaba subido a caballito en tu espalda mientras veia un libro de dinosaurios.

Esperabas ansiosamente esa llamada y odiabas eso. Tenias en mente que Law, a pesar de todo, no era un mal chico. Te mostró una encantadora sonrisa que solo le enseña a los niños y eso te hacía sentir feliz, especial.

De momento Kanata tomó tu celular entre sus manos colocandolo como si estuviera hablando con él. Era gracioso porque, obviamente, el no podía usarlo.

-¿Howwa?

-¿Con quien hablas Kanata?- reiste.

-____.

-¿Conmigo?

Tu sobrino comenzó a correr con el celular en la mano por toda la sala mientras gritaba como si estuviera hablando por él. La puerta de la casa se abrió dejando ver la cabellera naranja de tu hermana que recién llegaba del trabajo.

Nami rió al ver que Kanata la recibía con tanta energía.

Finalmente pudiste quitarle el celular ya que, despues de todo, esperabas una llamada importante.

-¿Esperas una llamada importante? ¿Una amiga? ¿Es algún trabajo de la escuela?- preguntó Nami.

-Cita.- susurró Kanata medio dormido en los brazos de su madre.

Sabías que como el pequeño había dicho tal palabra ahora tu hermana te interrogaría. Ella adoraba los chismes sobre si tenias citas o novios y esta no sería la excepción. Después de todo ella sabía toda la historia de tu ex y lo que habías sufrido.

-¡¿Qué?! ¡¿Tienes una cita planeada?!- gritó sonriente.- ¿Finalmente tienes otro chico?

-No es eso.- te ruborizaste.

-No eres buena escogiendo. ¿Estaras bien?- continuó gritando esta vez con cara de burla.

-¡Solo lleva a dormir a Kanata!

Suspiraste antes de sentarte en el sofá, demasiadas emociones en un día no eran buenas para tu cuerpo. Decidiste entonces ir a ducharte pero repentinamente el celular sonó y como toda adolescente desesperada te lanzaste para contestar.

-¿Si? ¿Law?

-¿Estaría bien el domingo?- preguntó apenas saber que lo escuchaba.- El sábado tengo fútbol así que no puedo.

-Está bien, hablaré con mi hermana. Espero que no tenga que ir a trabajar.

En realidad no te importaba salir con él, solo sería como amigos. Además, Law era mayor que tú por varios años.

-Entonces iré despues de almuerzo a tu casa.

-No, espera, veamonos en la estación del metro.

-¿No quieres que vaya a tu casa? ¿Porqué?

-Es que hay una cafetería que está cerca a la que quiero ir, digo, si no te molesta.

-Está bien, estaré ahí.

Te pusiste totalmente nerviosa, aún no era viernes pero ya estabas pensando sobre que ponerte o que llevar. Era normal sentirse de esa manera si ibas a salir con un chico guapo, tratabas de mentalizarte de que no era una cita pero era inevitable para ti.

-Al final si es una cita.- sonrió Nami mientras dejaba de espiar tu conversación.

Ella era feliz si tú eras feliz, pensaba que por fin habías superado a Dellinger. Aunque también se preguntaba quien era el afortunado que iba a salir contigo, como buena hermana debía cuidarte.

-Cita.- susurró nuevamente Kanata medio dormido.

Una sonrisa [Law X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora