Capítulo 3

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-La fiebre fue por la lluvia, se le bajará pronto.- explicó la doctora.- Los niños no pueden regular su temperatura corporal por si solos así que deberías asegurarte de tener un ojo siempre puesto en ellos.

-Gracias por todo doctora.

-Siempre es un placer.

Al salir de pediatrico por fin podías respirar tranquilamente, estabas aliviada de que no fue nada grave pero aún así te sentías un poco culpable por no haberlo atendido correctamente en casa. Esto servía como experiencia en un futuro, no volverías a cometer el mismo error.

-Hey, no te preocupes. Ha pasado lo peor.- Law intentó subirte los ánimos.- Ya hablé con la madre de Kanata.

-Si, gracias Law.

-Vamos, los llevaré a casa.

Acomodaste a Kanata en los asientos traseros para que descansara, en cuando llegaras a la casa tendrías que acostarlo en su cuna y explicarle a Nami lo sucedido. Seguro estaría precupada por lo que sucedió pero ella tampoco podía hacer mucho. Trabajaba para mantenerlos a los tres, lo menos que puedes hacer por ella es cuidar al pequeño mientras no está.

Te montaste en la parte delantera del auto junto a Law, entonces viste como llevaba una venda en la mano izquierda. Antes no lo habías notado por la preocupación y los nervios que tenías pero ahora que lo veias la curiosidad te ganó.

-¿Que fue lo que te sucedió en la mano? Parece grave.

-Fui mordido por mi perro, es todo.- mintió.- No debes preocuparte. Puedo conducir perfectamente.

-Solo estaba preocupada por ti, no seas grosero.- te quejaste.- Si vas a hablar así parece que de verdad estás bien.

A pesar de que él no había hecho ninguna expresión amable mientras estuvo a tu lado te sentías raramente tranquila, era reconfortante saber que Law te apoyaría en estas situaciones.

El lunes siguiente, como la mayoría de las veces, fuiste a buscar a tu sobrino porque Nami saldría tarde del trabajo otra vez. Odiabas cuando tenías que cambiar tus planes porque te avisaba a ultima hora pero no había remedio.

Law te recibió en la entrada porque estaba haciendo un poco de limpieza en el patio, los niños habían dejado algunas de sus herramientas de juego afuera.

-Hacía tiempo que no venias por aquí.

-Por supuesto, cada vez que lo hago dices algo que no me gusta.- suspiraste.- Mira, estoy agradecida por lo que hiciste por Kanata hace unos días así que creo que podríamos olvidarlo todo y comenzar desde el principio.

-No tenía la intención de decir algo grosero, solo digo lo que pienso.

A eso exactamente te referías. No te gustaba que dijera a los cuatro vientos lo que pensaba, preferías que se lo guardara para si mismo aunque reventara.

-¡____! ¡También estás aquí!- Sanji apareció repentinamente teniendo en brazos a la pequeña Maki.- Maki, dile hola a ____.

-¡Hola!- saludó la pequeña.

Tú también la saludaste con una sonrisa, después de todo Maki era una niña hermosa y tierna.

-No te había visto por aquí últimamente.- prosiguió hablando el rubio.

-Nami ha salido temprano del trabajo así que ella ha pasado a recoger a Kanata.- explicaste.- Ah, por cierto...

-Sanji, creo que es hora de irnos.

Pudding interrumpió lo que ibas a decir así que no te quedó otro remedio que despedirte y quedarte con la palabra en la boca.

-Apúrate y trabaja con tus emociones.

No te hizo falta mirar para saber que Law había estado pendiente de toda la conversación y tu manera de expresarte hacia Sanji.

-¿Ya vas a comenzar?

-Pudding ya se dió cuenta ¿cierto? Algún día te lo dirá: "Eres molesta."

Al escuchar esa frase varios recuerdos vinieron a tu mente de la última vez que tuviste una pareja. El chico con el que salías terminó contigo alegando que eras demasiado pegajosa y que eso no le gustaba. Obviamente eso repercutió en tu comportamiento y como veías la vida.

"____ tu amor es una molestia." Eso era lo que había dicho.

-Es gracioso, mi ex dijo eso mismo cuando terminamos.- reiste de manera amarga al recordar.- Me volví miedosa de volverme a enamorar luego de eso ya que no puedo cambiar la forma en la que amo a las personas. Yo elijo ser una observadora porque no quiero ser odiada por nadie.

-¿No sería doloroso para ti?

-Lo es, pero tú me abriste los ojos y te doy las gracias por eso. Este amor no correspondido... creo que es hora de acabar con él.- suspiraste.- Tampoco es que necesite un chico para vivir.

Te sentaste en las escalerillas de la entrada para seguir hablando, ya las piernas te dolían por estar tanto tiempo de pie. Ya que Law no podía sentarse a tu lado porque interrumpiría el paso decidió agacharse frente a ti.

-Que tengas miedo de ser odiada por el hombre que amas... te hace ver adorable.

Lo miraste confundida. Law sonrió levemente y entonces te exaltaste, pensaste que se estaba divirtiendo a costa tuya.

Repentinamente varios de los niños te abrazaron mientras gritaban la palabra "adorable", entre ellos estaba Kanata. Te quejaste e incluso trataste de que te soltaran pero era imposible, aunque no ibas a negar de que te gustaba estar rodeada por esos niños.

-Si, sin duda eres adorable.- repitió Law mientras se agachaba a tu lado y sonreía.

Una sonrisa [Law X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora