Capítulo 6

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Esas palabras te estaban hiriendo. Dellinger fue tu primer gran amor, el primer chico del que verdaderamente te enamoraste y por ello hiciste varios sacrificios. Incluso luego que terminaron pensaste que tú fuiste el problema en la relación e intentaste cambiar.

Si amabas a una persona lo demostrabas siempre, lo consentías y mimabas, tratabas de darle algún capricho pero también te gustaba ser consentida. Al parecer a ningún chico con el que has estado le gustaba eso así que lo más probable era que te quedaras sola.

-Ni siquiera querías tener sexo, eras una completa inútil.- esa fue la gota que colmó el vaso.

-¡¡Tú, maldito!!

Tenías muchas ganas de abofetearlo y eso hubieras hecho si no fuera porque Law te abrazó contra su pecho haciendo que apoyaras la cabeza en el. Pudiste escuchar perfectamente como sus latidos estaban acelerados.

-Desde hace rato no has dejado de hablar, se nota que tienes tiempo libre.- hasta en la voz se notaba que estaba molesto.- Estamos en medio de una cita. Deja de molestar.

Dicho esto tomó tu mano y echó a andar. Aún estabas procesando lo que él había dicho, la cabeza te daba vueltas por el giro inesperado de los acontecimientos. ¿Una cita? ¿Porque había dicho eso? Law parecía fuera de si mismo y eso te sorprendía demasiado pero no había razón para mentir de tal manera.

-¿Porque dijiste eso?- preguntaste en un susurro causando que se detuviera.- ¿Porque siquiera estás tomando mi mano? ¿Porque lo haces?

A pesar de parecer fuerte en realidad las palabras de Dellinger se clavaron en lo más profundo de tu alma, jamás las olvidarías. Lo sabías, sabía que era inútil pensar que tu vida tomaría un rumbo nuevo. Había sido en vano el esfuerzo que hiciste por olvidarlo todo.

Querias llorar de rabia y gritar de impotencia.

-Lo hice porque te amo.- respondió seriamente.

Eso te había tomado por sorpresa pero no le criste. ¿Para que hacerlo? De todas formas siempre jugaban con tus sentimientos.

-No necesitas palabras para consolarme, aunque lo parezca no soy una niña.

Le cediste el paraguas y echaste a andar bajo la lluvia. Ya no te importaba mojarte, solo querias llegar a casa, darte una ducha y echarte en cama a dormir. De ser posible hasta olvidarte del mundo por un par de horas.

-Sé que no eres una niña ____.

-¡¿Podrías estar conmigo soportandome a todas horas?! ¡¿Te gusta ser cariñoso e incluso cliché?! ¡¿Disfrutarías las pequeñas cosas tanto como yo?! ¡¿Podrías acaso amarme de la misma forma en la que yo sé amar?!- gritaste soltandolo todo, estabas cansada.

Law permaneció en silencio, en realidad le avergonzaba responder de la forma que quería pero lo tomaste como que en realidad no le importaba.

-¡No digas entonces tan fácilmente que me amas! ¡Si no tienes respuesta para eso deja de darme alas! ¡No me des ilusiones!

Las lágrimas que brotaron de tus ojos en ese momento se fusionaron con la lluvia por lo que él no sabía que en realidad estabas llorando. A Law le dolía verte así pero quería conversar en privado contigo, no hacer un escándalo delante de todos.

-Law, por favor. No me llames ni me busques a mi casa, tengo cosas más importantes que hacer.

Apenas abriste la puerta de tu casa Nami apareció para interrogarte sobre la cita pero al verte empapada por la lluvia prefirió no preguntar y te obligó a darte una ducha caliente. Temía que tuvieras un resfriado, habría tiempo luego para saber los detalles.

Luego de ducharte, dando como justificación que estabas cansada para evitar las preguntas de Nami, te encerraste en tu habitación para dormir un poco. Aquella pequeña discusión que tuviste hacía un par de horas con Law sonó como si en realidad hubiera sido una confesión, encontraste eso extremadamente vergonzoso.

No esperabas que rato después tu hermana tocara tu puerta alegando que tenías visita. Sonaba divertida y juguetona algo que solo sucedía cuando tramaba algo.

De todas formas, sea quien fuera el visitante, no tenías ganas de ver a nadie.

Tenías el rostro enterrado entre tus almohadas así que cuando la puerta de tu habitación se abrió tu voz salió como un susurro amortiguado.

-No quiero ver a nadie Nami, dile a quien sea que venga otro día.

-¿Puedo hablar contigo ahora? Lo necesito.

Una sonrisa [Law X Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora