Una sonrisa [Law X Lectora]

Capítulo 9

La mañana cuando ingresaste por primera vez a la universidad Law te recogió en tu casa, quiso ser testigo de tu crecimiento. Te sentias tanto emocionada como asustada ya que estarías rodeada de gente que no conocías.

-Estarás bien, no es el fin del mundo.- trató de animarte.- Ya pasé por esto y sé lo que se siente, te vas a mezclar rápidamente.

-Si tu lo dices...

-Hey, cálmate.

Law tomó tu rostro con ambas manos para que fijaras la vista en él. Dejó un beso en tus labios que fue como un calmante, simplemente te dejaste llevar por el calor que transmitían sus manos y ese sentimiento que abundaba en tu pecho. Aún con los ojos cerrados acariciaste una de sus manos y sonreiste.

-Si me das otro beso me sentiré mejor.- bromeaste.

Tu broma tuvo efecto, esta vez el beso fue un poco más duradero. Como extra recibiste una mordida traviesa en el labio inferior pero si, te sentias mejor sabiendo que Law estaría para ti.

-¿Mejor?

-Mucho mejor.

-Bueno, tengo que irme. Estoy un poco atrasado para ir a trabajar, los niños comenzarán a llegar pronto.

La expresión de tu rostro cambio drásticamente. Deseabas que se quedara un rato más a tu lado, al menos hasta que fuera la hora de tu primera clase. Sin embargo, no dijiste nada, simplemente asentiste. Como siempre, temias que si decías algo solo estorbarias y Law notó enseguida el cambio que hubo en el ambiente.

-Me gustaría pasar más tiempo contigo. Así que en cuanto salgas me llamas y me escapo un rato del trabajo ¿ok?

-Esta bien. Cuídate.

Al salir del auto te despediste con una sonrisa. Imaginabas que debía ser difícil para Law interpretar tus emociones, por culpa de tu constante inseguridad él debía poner todo lo que deseabas en palabras.

A pesar de que están enamorados tienes que depender de él. Eso no era bueno porque tú deseabas ver más de las expresiones felices de Law, debías dejar tus inseguridades atrás aunque no sea fácil.

Días después, en casa y luego de la cena, Nami comenzó a contarte sobre la gran actividad que tuvo Kanata en el jardín de niños. Al parecer los niños y algunos padres fueron convocados para ayudar en el pequeño huerto del patio trasero, incluso Kanata te trajo una papa como regalo.

-Law comentó que estaba pensando mudarse, dice que quiere dejar la casa de sus padres de una vez por todas.

-Oh vaya.

En realidad ese tema te interesaba, Nami te había dicho que ya que entraste a la universidad podías conseguir un trabajo de medio tiempo y costearte las clases. Incluso que si querías podías mudarte sola a un pequeño apartamento asegurando que igual podrías cuidar a Kanata ahí cuando hiciera falta.

-¿Sabes? Yo le di la idea de que se mudara contigo.

-Espera ¡¿que hiciste qué?!

Tu hermana echó a correr antes de que pudieras recriminarle. Siempre hacía cosas a tus espaldas y eso a veces te irritaba.

Aunque debias admitir que vivir junto con Law no sería mala idea, podían verse todos los días e incluso dormir juntos. Al fin podrías decirle lo agradecida que estabas con él y no tendrían que precuparse por el tiempo.

Ahora que lo pensabas era una magnifica idea.

Emocionada por hablar con Law del tema lo llamaste, no tuviste que esperar mucho, pronto pudiste escuchar su voz.

-Justo estaba por llamarte.

-¿Si?

-Queria pedirte consejo sobre algo. ¿Puedo ir a verte ahora?

-Em... claro. Igual queria preguntarte una cosilla.

-Te escucho.

-Nami me contó lo que te dijo sobre vivir juntos. Yo pienso que puede ser buena idea ¿que crees tú?

Hubo un silencio un poco incómodo, incluso pensaste que la llamada se había cortado porque ni siquera escuchabas la respiración de Law.

-Honestamente... creo que sería un problema.

La frase cayó como un balde de agua fria sobre tu estado de ánimo. Solo querías poner en palabras cuando lo amas, al parecer, tal y como creias, solo estabas causando problemas.

-¿A-ah si?- tartamudeaste.- Tal vez tengas razón.

-¿Estás bien ____?

-Si, claro. En tal caso olvida lo que dije, te ayudaré a buscar un apartamento de igual forma.

-Hey, escucha-

-H-hasta luego Law.

Sin esperar una respuesta de él cortaste la llamada. No te sentías bien, te arrepentías seriamente de haber dicho tales cosas.