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Me sentía demasiada abrumada, ni siquiera quería despertar, en estos momentos necesitaba un consejo unas sabias palabras del patrón hasta un regaño de Shinobu o algún consejo de Giyu.
- Quiero ir a mi hogar.
Mis lagrimas no paraban de salir recordando lo que me dijo Gyutaro no quería creerlo "Douma es un demonio", era por el que Daki me había encerrado, si ahora toda tenía sentido, ese dichoso sujeto que mencionaba era el, pero lo único que no entendía es porque tendría que importarle.
Escuché la puerta abrirse y su presencia acercándose en donde estaba, sentí como daba toques suaves a mi cabeza, no podía ser esta más incómodo.
- Por favor despierta - por el tono de su voz sonaba preocupado, pero decidí ignorarlo lo único que quería es no despertar -debes estar asustado no es así.
Mi cuervo aun permanecía a mi lado daba gracias a que no se haya desecho de él, eso me afirmaba que él sabía que era entonces, ¿por qué no me asesino?
- Sigue cuidándola - mi cuervo solo movió la cabeza dándole una afirmación antes de que se fuera.
- Gracias Kaito -lo acerque a mi dándole suaves caricias, ahora solo tenía que pensar cómo salir de aquí.
Mandar un mensaje a la asociación seria riesgoso, si hay personas inocentes aquí podrían salir heridos, Douma era una luna superior tenia que ser precavida.
- Señorita (t/n) se encuentra despierta - me exalte por el repentino llamado, pero al escuchar la voz de una de las servidoras me tranquilice.
- Si lo estoy, me alegra mucho que estés aquí, no has visto a Douma.
- No, Douma-sama aun esta atendiendo pendientes - me llenaba de alivio su afirmación - no entiendo porque no quieres hablar con él, además es muy raro que siempre que te visita te encuentres dormida, esta todo bien...
Nada está bien aquí, no podía comentarle nada, ella era una devota de él me pondría en riesgo tanto a ella como a mí.
- Solo me siento avergonzada de que siempre que estoy perdida necesite su ayuda.
- No tienes porque el señor douma están amable de acogernos aquí.
Amable por favor si sabría quién es en realidad no diría eso, era una linda chica por mucho que vivir no podía permitir que él le haga daño.
- Bueno ya me voy deben necesitarme en la cocina.
- Saki - la llame de repente, al menos si podía quería salvarla, tenía que hacerlo - si ves a Douma podrías decirle que venga.
Talvez estaba un poco confundida por lo que le había dicho anteriormente pero no podía siempre ocultarme bajo una manta, tenía que ponerle fin a todo esto, ella solo asintió y se retiró, ahora solo tenía que esperar que esto salga bien de alguna manera.
