CapÍtulo V

6.3K 706 433
                                    

¿Cómo fue que llegamos a este momento? 

Me lanzo sobre Satoru con los puños cerrados y lo golpeo con todas mis fuerzas.

Lo hago durante unos minutos, pero cuando finalmente siento que se me ha terminado la energía, me aferro a su chaqueta y rompo en llanto. 

Mi mente me grita desesperadamente que me aparte de él, sin embargo, mi corazón se siente aliviado de que esté aquí.

Sé que estoy actuando como una maldita loca.

—Lo lamento mucho. Sé que es tarde para decirlo y que de todas las cosas que necesitas escuchar, esta no es sino una excusa barata. Era joven y estúpido. —Sigo aferrada a él. De alguna manera su voz me tranquiliza.

Sí que creo que es tarde para pedir disculpas; aunque también debo asumir mi responsabilidad por esperar y depender tanto emocionalmente  de un niño ingenuo que no veía más allá de su nariz y que, a pesar de todo pronóstico, pensaba que él era maravilloso e invencible.

—¿Por qué ahora?, ¿Qué quieres de mí? —No lo miro a los ojos, no puedo.

Aflojo mi agarre de su chaqueta pero no lo suelto. 

Mi mirada se mantiene atenta a la tela de la misma mientras trato desmesuradamente de acoplar mis pensamientos con mis sentimientos.

—¿Puedes mirarme?; quiero ver tus ojos, quiero ver tu sonrisa... quiero verte... toda en realidad.

Aprieto los dientes tratando de evitar que sus palabras me afecten.

—No. —Le digo.

—No puedo hablar racionalmente contigo si sigues aferrada a mi chaqueta y negándote a mirarme, así no es como solías ser...

—¿Qué sabes tú acerca de cómo solía ser?

—Tienes razón... tal parece que no sé absolutamente nada. —Su voz suena decepcionada, por lo que levanto mis ojos y me encuentro con los suyos.

Siempre fue alto y eso me gustaba de él. Solía pensar que si levantaba mi mano hacia su rostro tocaría el cielo y las estrellas.

—Ya no queda nada de mí para ti. Te entregué todo lo que tenía y me lo lanzaste a la cara, no es justo que ahora quieras regresar a por más. ¿Qué quieres de mí, Satoru Gojō? Pensé que había obtenido una amiga, pero como todo lo demás, me las has quitado.

Esta vez sí lo suelto, seguido doy un par de pasos hacia atrás para así tratar de resarcir mi error anterior y reconstruir mi muro anti-Gojō.

—Es muy pronto para decir eso, todavía tienes algo que necesito para mí, pero eso vamos a discutirlo en otra ocasión y en otro lugar. ¿Qué quiero de ti?, tu ayuda.

—¿A qué te refieres?, quiero que seas más específico.

Te necesito.

Las dos palabras que siempre quise escuchar me las está diciendo justo ahora, ocho años después de romperme el corazón y abandonarme. Estoy confundida y molesta. ¿Debo confiar en él?

—¡Vete al diablo!, me voy de aquí. —Siento que está jugando conmigo de nuevo y ya no voy a permitirlo, no dejaré que nadie se aproveche de mí.

Nunca más. Nunca nadie más.

Adiós, Satoru Gojō.

—Se reactivaron las maldiciones de Ryōmen Sukuna. —Apenas había logrado dar un par de pasos antes de que soltara esa bomba sobre mi cabeza.

Falling. | Satoru GojōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora