Capítulo XVIII

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"Me conoces mejor que yo; parece que no puedo esconderte nada; ¿Cómo tocas mi alma desde fuera; impregna mi ego y mi orgullo; me encantaría verme desde tu punto de vista..."

—¿Te divertiste en esta ocasión también? — Junpei asiente con la cabeza y me muestra esa sonrisa franca que ha venido enseñando desde que lo recogimos en la puerta de su casa.

—Kyoko se hace tarde. — Asiento con la cabeza hacia Ijichi y estiro mi mano para acariciar la cabeza del chico frente a mí.

Estamos de regreso, parece un poco cambiado desde la primera vez que nos vimos, sin embargo, todavía creo que está teniendo problemas en la escuela.

El otro día choque con él y se encogió un poco, sé que probablemente fue porque estaba lastimado, pero no quiero presionarlo a contármelo, no aún, si lo hago, probablemente salga despavorido y no vuelva a confiar en mí.

—Junpei, puedes contarme lo que quieras, siempre te voy a escuchar. Cuando tengas problemas llámame, siempre atenderé el teléfono para ti, ¿de acuerdo? — El chico vuelve a asentir con la cabeza y coloca una de sus manos sobre su nuca para acariciarla distraídamente.

—¿Podemos vernos mañana también?

—Lo siento, no puedo. — Le doy mi sonrisa más apenada—. Realmente quisiera venir, pero Ijichi tiene que salir; estará un par de días fuera y yo no puedo salir sin su compañía.

—¿Es tu papá? — Los dos reímos al mismo tiempo y un par de lágrimas salen de mis ojos.

Me recompongo a los pocos segundos, miro a Ijichi que sigue imperturbable con la mano en el manubrio del auto, esperando pacientemente a que me decida a subir por fin.

—No lo digas cuando este cerca, se va a molestar contigo. — El color abandona su rostro y se muestra gratamente avergonzado, aprovecho un poco su desconcierto y me acerco a él para darle un beso en la frente.

Como esperaba, retrocede rápido y se cubre el rostro completamente sonrojado.

—Espero poder verte pronto de nuevo. — Me dice.

—Lo harás, solo debes ser paciente, no voy a dejarte solo... te lo prometo. — Corro hacia Ijichi que abre la puerta del auto, giro una última vez para agitar mi mano en señal de despedida  y me subo al vehículo.

Poco después Ijichi sube al lado del conductor y arranca.

—Satoru llegara pronto, en uno o dos días a lo mucho. — Me advierte.

Me he mantenido en contacto con él en estos últimos días, hemos hablado por teléfono y nos hemos mandando mensajes de texto, sin embargo, todavía no me atrevo a decirle que he estado saliendo con este chico desde hace ya unos días, sé que va a reprenderme por salir de las instalaciones del Colegio y por no centrarme completamente en entrenar con los otros estudiantes y si soy sincera conmigo misma, he disfrutado el tiempo fuera que he compartido con mi nuevo amigo.

Me ayuda a recordar que no soy la única persona que tiene problemas en la vida.

—Ya lo sé, él mismo me lo dijo.

—¿Cómo vas a manejar esta situación?

—Todavía no estoy segura, pero definitivamente no quiero alejarme de ese chico, ¿eso esta mal?

—No podrás verlo en estos días así que podrás analizar que no es lo que parece.

—¿A qué te refieres? — De pronto toda mi atención está puesta en Ijichi a través del retrovisor, aunque él no ponga su atención en mí, sé que puede sentirme perforándolo.

Falling. | Satoru GojōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora