Capítulo XIX

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"Ahora estas en mi vida, no puedo sacarte de mi mente; hemos estado hablando toda la noche, sobre cualquier cosa que quieras hasta la mañana..."

—Me escape, así que este es un secreto entre tú y yo, ¿de acuerdo?

—Lo siento por llamarte tan de repente, es solo que creo que eres la única persona a la que puedo ser cercano.— Acaricio su cabeza y lo instó a seguir caminando a mi lado.

—Bueno Junpei, no tienes porque disculparte, estaba sola, tenía hambre y creo que también necesitaba compañía, tu llamada resolvió todas las incógnitas, así que todo está bien ahora.

—Realmente quiero hablar contigo acerca de algo.

—Lo haremos, solamente dime que es lo que quieres cenar. Yo invito.

Nos detenemos oportunamente en una tienda de conveniencia, está sonrojado, puede ser porque tiene frío o quizá porque se siente mal.

—¿Estas bien?— Le pregunto.

—Quiero comer fideos aquí.

Sonrío.

De todos los lugares que pudo haber escogido se decidió por algo demasiado sencillo.

—Vamos entonces.

Una vez hemos entrado a la tienda y comprado los fideos, nos sentamos en la pequeña barra que da a las ventanas de la calle.

Permanecemos en silencio por lo menos 5 minutos.

—Kyoko, eres realmente muy buena conmigo... ¿es por qué te doy lastima o algo así?— Últimamente todos me toman con la guardia baja, no creí que este fuera su inconveniente.

—¿Eso es lo que ha estado preocupándote?

—Alguien me dijo que estás usándome.— Frunzo el ceño.

Ese alguien debe ser un idiota.

No me atrevo a decirlo en voz alta o creerá que es verdad.

—No lo hago; realmente no soy ese tipo de persona, salgo contigo porque me agradas, me divierto, aunque... me molesta un poco que todavía no me tengas la confianza suficiente como para decirme quién o quienes son los idiotas que han estado golpeándote.— Cuando las palabras salen de mi boca, Junpei gira su mirada lejos de la mía.

Estúpida. No debí mencionarlo. No aún.

—Estoy bien.— Me responde, aún sin mirarme.

—¿Son tus padres?— Lo tomo del hombro con la palma de mi mano, trato de ser lo más gentil posible para no enfadarlo más y que decida alejarme.

—No. Solo vivo con mi madre y ella nunca lo haría.

Suspiro.

Realmente no sé cómo habría reaccionado si resultara que era violencia intrafamiliar.

—Escucha. Nunca tuve muchos amigos. Más bien, siempre estuve sola con mi abuela, así que te entiendo un poco, por eso me molesta tanto lo que estás pasando. Me siento impotente.

—Estoy bien. Esto es solo temporal, no tienes que sentirte triste o preocupada por mi.

—¿Son tus compañeros de clases?, ¿Tienes el apoyo de alguno de tus profesores?. Junpei, está bien que me lo digas, siempre estaré de tu lado, lo sabes, yo...

—¡Basta!— Me corta.

Siento que la mirada del dependiente recae sobre nosotros y no está viendo con muy buena cara al chico que acaba de levantar la voz.

Falling. | Satoru GojōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora