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No quería salir, era vergonzoso y ridículo, sin mencionar horroroso

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No quería salir, era vergonzoso y ridículo, sin mencionar horroroso.

El vestido caía en suaves hondas blancas y terminaba con un bordado plateado con flores. Era el vestido de novia que toda chica soñaría, menos yo. El solo pensar que me casaría en un mes más me producía náuseas, hacia que la respiración se me cortara y que todo me diera vueltas. Aún seguía un poco enferma, estuve en cama por una enfermedad respiratoria aunque no fue nada grave. Eso solo sirvió para que el viejo Noah volviera.

A veces me preguntaba que pasaba por su cabeza, un día estaba bien y al otro no. No me atrevía a preguntárselo, tal vez fuera demasiado obvio y yo no me diera cuenta y de ser así él nunca me perdonaría el habérselo preguntado.

Di una pequeña vuelta, admirando el vestido y junte valor. Tenía que salir del probador en algún momento de mi vida. Abrí un poco la puerta y las vi allí: Millie, quien daría el veredicto final, Amelie, Bella y Karine. Todas juntas llenaban el espacio dado para esperar y veían el vestido.

Salí sin mirarlas, no quería ver sus expresiones. Pero las vi de todas formas, ya que el lugar estaba rodeado de espejos.

—¡____, no lo puedo creer! ¡Mírate!— mi madre fue la primera en gritar. Se acercó a mi corriendo y antes de darme cuenta de lo que hacía, el flash de la cámara me cegó. Saco más de veinte fotos.

Grace caminó al rededor de mi, examinando cada detalle del vestido mientras Millie me hablaba sobre las combinaciones que podrían hacer con los vestidos de dama de honor. No quería ofenderla ni bajar su ánimo, pero estas cosas me traían sin cuidado. No importaba la tela o el diseño de un vestido, al final de cuentas me casaría igual con Noah de la misma forma en que lo haría en Inglaterra que en Francia.

—Este es el indicado— sentenció Grace. Todas estuvieron de acuerdo. Pidieron mi opinión, no las contradije y les di en el gusto. Karine me ayudó a sacarme el vestido sin arrugarlo, y las demás fueron a ver los de dama de honor mientras mi madre pagaba.

—¿En serio te gusta el vestido, ____? ¿O solo dijiste que si para no probarte otro?— Karine era muy perceptiva. Reí bajo, dándole a entender que tenía razón.

Negó con la cabeza y su mirada se ensombreció un poco.

—____, yo te quiero tanto como a mis hijos, pero no puedo soportar ver que tú no quieres a Noah tanto como lo hace él— me quedé en silencio con sus palabras, nunca antes me lo habían dicho tan directamente. Siempre me decía lo mucho que me quería Noah y que por favor intentara dejarlo que me conquistara. Pero al parecer, su paciencia, o tal vez su tolerancia, habían llegado a cero. Y lo comprendía: Si mi hijo estuviera enamorado de una idiota como yo, también hablaría con ella.

—Lo siento, Karine.

—No lo sientas, Tinker. Pero si las cosas siguen así y tu crees que nunca cambiarán, será mejor que detengas todo. No creo que Noah resista otro divorcio.

𝙈𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙈𝙀 ── Noah Schnapp.Where stories live. Discover now