𝙈𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙈𝙀 ── Noah Schnapp.

one: chocolate cookies.

____ POV'S

( 8 AÑOS )

Mi madre se arreglaba para ir al teatro con mi padre, vestía un vestido lizo de seda rosa y un sombrero que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Millie y Sadie venían a jugar a la casa. Si mi madre se enteraba de ello, era niña muerta.

Nos dijo que se irían en cuanto llegará la nueva niñera. La anterior fue una anciana de cabello gris que no hacía mas que presionar mis mejillas cuando rompía cosas o desobedecía órdenes. Acostumbraba a comportarme mal y ser muy entrometida, la niñera no soportaba mi manera de ser.

Como ella vivía aquí, en una habitación al lado de las nuestras por si se nos antojaba algo por las noches, era insoportable.
Controlaba cada minuto de nuestras vidas, hasta que un día murió.

Mi padre nos dijo que ella se fue a hacer un viaje para visitar a unas hadas que vivían en Escocía, Amelie se lo creyó y le escribió una carta que mi madre prometió enviársela. Bella y yo sabíamos la verdad, la anciana ya había pasado a la otra vida y por lo que oí, fue de un ataque cardiaco. Como era lo suficientemente pequeña para medir la gravedad de una muerte, solo me alegré de no tener que soportarla mas.Era mas parecida a una bruja que a una amiga de las hadas.

Vamos no me vean así, tenía 8 años.

Comenzó a caer una suave lluvia que hacía que un dulzón olor a tierra y flores se mezclará y se adentrará por las ventanas. Las sirvientas las cerraron para que no se empaparan los marcos y porque mi madre se volvió loca al pensar en la humedad y en lo esponjoso que se pondría su cabello.

Cuando ella subió corriendo las escaleras para darse un retoque de último minuto, sonó el timbre retumbando por toda la casa. Stevens el "mayordomo" , se apresuró con su paso de pingüino a abrir la puerta. Un viento se adentró hacia adentro e hizo que estornudara, nos habían vestido para ocasión con unos espantosos vestidos de tul lila a todas iguales, nos formamos en fila por orden de estaturas y nos quedamos quietas cuando la nueva niñera entró.

Era joven, me relajé cuando observé su rostro. A su lado iba una niña de cabello oscuro, era alta y vestía unos jeans y una chaqueta verde empapada por la lluvia. Supuse que sería su hija, no me gustó la idea de que vinieran otras niñas a vivir a casa.

—¿Aquí es?— preguntó la niña, masticado chicle. La niñera asintió y nos sonrió con amabilidad.

Amelie no se resistió y se apresuró a abrazarla, era una niña bastante encantadora que se encariñaba rápido con las personas. La niñera la levantó e abrazó como si fuera su propia hija, tal vez no era tan mala, como la anciana.

—Tu debes ser Amelie, me han mencionado mucho sobre ti— le dijo ella. Amelie abrió los ojos sin caber de felicidad, se llevarían bien.

—¿Quien es ese niño?— preguntó repentinamente mi hermana.