sixteen: bachelor party.

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Nunca me había pasado esto

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Nunca me había pasado esto. Bueno, en realidad si, pero no a este nivel.

Sin embargo, fue solo ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizada.

—____, ¿éstas escuchando?— la voz de Noah me sacó del limbo en que me hundieron sus rulos. Asentí repetidas veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándolo. Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermoso que se veía con el ceño fruncido escarbando página tras página para hacer su tarea.

—Deberías estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mi cabello— dijo sin apartar la vista del libro.

—Y tu leyendo en vez de estar pendiente de lo que haga y lo que no— le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba junto a él para que no se diera cuenta de lo tonta que me dejaba con solo estar a mi lado.

—____... nos casamos este fin de semana, podrías dejar de pelear al menos, ¿no lo crees?— replicó.

Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana por eso estaba así: tan cambiante. Podía ser dulce y de repente enfadosa. Los nervios me comían viva.

—De acuerdo— no tenía caso resistirme, además, con la mirada de cachorro que tenía Noah sería muy imposible negarme.

Estos últimos días él también lucía nervioso: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó una prueba. Pero eso no pareció importarle, algo lo tenía muy preocupado y estaba muy segura de que no era por la boda. Iba a averiguarlo. Llamé a Millie para que fuera a la casa, ella llamó a Sadie. Después de media hora, estábamos las tres en mi habitación pensando qué podría tener tan afligido a Noah.

—¿Y si ya no se quiere casar?— postuló Millie.

Una parte de mi se alarmó muchísimo, era la parte que ansiaba estar con Millie.

—¿En serio lo crees?— le preguntó a Sadie. Millie lo pensó unos segundos y refunfuñó.

—Claro que no, pero era solo una idea.

—Pues se aleja mucho de la realidad— agregó Sadie.

Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, las chicas terminaron por ver Titanic en la televisión. Yo las observé mientras ellas le gritaban a Rose diciendo que la tabla era lo suficientemente grande como para que Jack subiera, extrañaría formar parte de este grupo. No quería decir que dejaría de ser amiga de ellas, jamás me separaría de las mejores amigas que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no serían lo mismo: ellas podrán tener novios y salir sin preocupaciones, mientras que yo estaré casada. Sin mencionar que cuando acaba el año solo quedaremos Wyatt y yo en la escuela. Crecer apestaba.

Eso me recordó el libro de Pater Pan que Noah me regaló. Me levanté para buscarlo en mi estantería, pero no estaba. Pasé por al lado de las chicas, que ni siquiera notaron mi presencia ya que estaban ocupadas observando como Jack besaba a Rose, salí de la habitación. Seguro se me había quedado en la habitación de Noah y había olvidado traerlo cuando me cambié.

𝙈𝘼𝙍𝙍𝙔 𝙈𝙀 ── Noah Schnapp.Where stories live. Discover now