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Narra Antonella

-Despacito, no hagas movimiento bruscos- me decía Paulo mientras me ayudaba a subirme a su camioneta.

Así es, me habían dejado volver a mi casa, obviamente tenía que tener mucho cuidado con mi pierna y curar constantemente mi abdomen, de lo que según él, se encargaría Paulo.

-Bueno, vamos a ir despacito y avísame si agarro algún pozo o algo que te haga tirar o doler- dijo Paulo

-Está bien amor, gracias por todo, te amo- le dije y el antes de arrancar me dio un piquito.

En el camino fuimos escuchando música y Paulo fue muy concentrado en la ruta. Cuando llegamos a la casa, frenamos y Paulo antes de bajar agarro mi bolso y se lo dio a mi papá para ayudarme a bajar.

-Amor, acordate, llegas y te acostas directamente- dijo y yo asentí- es más es preferible que a Gigi lo alces en la cama, para que no hagas tanta fuerza- dije y asentí mirándolo embobada.

Entramos a la casa y había un cartel de bienvenida a casa y mi suegra con mi hijo en sus brazos.

-Ma ma- dijo mi hijo lo que me hizo querer comerlo a besos

-Hola amor de mami, que grandote estas- dije y me lo acercaron para llenarlo de besos.

Paulo me llevo hasta el cuarto para recostarme en la cama y puso a Gio a mi costado quedándose a nuestro lado para verificar que Gio no se apoye en mi panza o en mi pierna.

-Tene cuidado con mami- le dijo Paulo a Gigi quien lo miraba y se reía

Estuvimos un rato en la cama y después Paulo bajó y mando a Ornella conmigo, según él no tengo que estar sola en ningún momento, por precaución.

-Y qué onda? Habías extrañado mucho a tu bebé no?- preguntó mi hermana a lo que yo asentí

-Un montón, lo necesitaba conmigo, igual Paulo no quiere que me quede sola por las dudas- dije

-Ay ni me digas, que esta insoportable, organizo un cronograma, para que todos tengan su turno de cuidarte, esta re loquito- dijo lo que me causó risa y la contuve lo mas que pude, ya que, hasta reír me duele en ocasiones.

-Na na, y lo de curarme la panza, me parece lo más amoroso del mundo, verdaderamente me saque la lotería con él- dije

-La verdad que si, Lautaro será igual?- preguntó colorada a lo cual yo largue en un mini gritito

-En serio?- pregunte a lo cual asintió colorada- ay mi hermanita enamorada.

Estuvimos un rato mas hablando y ella me conto de cómo el primo de mi hijo le había estado tirando onda. Un rato más tarde llego Paulo con mi cena y después de comer me ayudo a curarme y luego nos acostamos los tres, juntos. 

GiovanniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora