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Narra Antonella

Me levante con la alarma de Paulo, la cual apagué y me volví a recostar, mire a mi costado y Paulo dormía como un bebé, acaricié su cachete y el agarró mi mano y la besó

-Buen día mi amor- dijo con la voz ronca y yo me acomodé rápidamente en su pecho.

-Buen día hermoso- dije- Pau- dije y él me miró con los ojitos entreabiertos- le vas a contar a tu familia? Lo de Oriana y la beba?- pregunté y asintió

-Hoy vamos a terminar de resolver ese tema, vamos a hablar con ella y luego con nuestras familias, después vamos a arreglar el tema de conseguir un departamento para ella acá, no quiero que se vuelva a Argentina, quiero estar cerca de la beba- dijo y asentí con un nudo en la garganta

Sinceramente si tengo miedo, mi idea era esperar a que Gio tenga dos o más años para traer otro bebé a la casa, pero el simple hecho de saber que en el caso de que Paulo no aceptase a esa beba ella terminara en el sistema de adopción me parte el alma, y no vamos a dejar que eso pase.

-Vas a ser papá por segunda vez amor- dije y el negó

-Vamos a tener una beba, y ni siquiera vas a engordar- dijo y reí con lagrimas en los ojos

-Vamos a tener una bebita- dije y nos abrazamos

Nos levantamos y vestimos, para luego buscar a Gio quien estaba en su cunita ya despierto pero sin hacer ni un ruido.

-Que pasa mi amor, todavía estas dormidito?- pregunté acercándome y al verme se sentó solito y agarrándose de las barandas de la cuna se paró en ella, estiró sus bracitos hacia mí y lo alcé para elegir su ropita y dejarlo listo para bajar a desayunar.

-Buen día- dijo Ali con una sonrisa- café?- preguntó y asentí

Desayunamos todos, mi papá, mi hermana, mis sobrinos, cuñados y Ali, después de eso salieron a dar una vuelta por el centro llevándose a Gio y nosotros nos excusamos de la salida diciendo que teníamos que ir a hacer trámites.

-Ya hablé con ella, dice que podemos vernos ahí en la recepción del hotel- dijo Paulo y asentí

Llegamos al hotel y bajamos, dijimos el nombre de ella en recepción pero justo bajaba por las escaleras y nos dirigimos a ella.

-Hola, como andan? Quieren pedir algo, yo todavía no desayuné y bueno, tengo que alimentarme bien por ella- dijo y asentimos

-Yo estoy bien- dijo Paulo

-Yo con un vaso de agua estoy bien- dije y ella pidió un desayuno completo y para mi trajeron el vaso.

-Lo pudieron pensar, perdón que insista y no sé si tuvieron tiempo de pensarlo, peor en el caso de no aceptar quiero volver a Argentina lo antes posible- dijo

-La queremos, queremos a la bebé y si vos querés, podes mantenerte en contacto, podes visitarla, te la podemos llevar para que tu familia la conozca y seas parte de su vida- ofreció Paulo pero ella negó rápidamente

-Yo quiero que ustedes la tengan, yo no quiero ser su mamá, ni su tía, ni su nada, porque sé que no voy a poder, no me quiero encariñar, y espero que sepan respetar mi decisión- dijo y asentimos

-Está bien, nadie te va a obligar a ser mamá, ninguna mujer tiene que ser obligada de serlo- dije agarrando su mano y sus ojos se llenaron de lágrimas

-Gracias- dijo con la voz entrecortada- por ende ustedes pueden elegir su nombre, sus apellidos, y sé que puede parecer mucho Antonella, pero si querés inscribirla como tu hija por mí está bien- dijo y baje mi cabeza

-Está bien- susurré- vos como te sentís? Sentiste muchas nauseas?- pregunté y asintió asqueada

-Es horrible, y hasta tengo que comer más y engordar- dijo ella

-Pero lo tenes que hacer, por ella- dijo Paulo y Oriana asintió

-Estoy dando todo de mí para que ella esté bien, te aseguro que estoy haciendo mi mayor esfuerzo- dijo ella con los ojos llenos de lágrimas. 

GiovanniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora