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Narra Paulo

Después de ver como Anto subía por las escaleras salimos de la casa y subimos a mi camioneta.

-Cómo está tu hijo?- preguntó apenas subimos para sacar tema de conversación

-Gigante y muy bien, hoy festejamos su cumpleaños- dije

-Ay perdón, llegue a arruinarles el día, perdón en serio, por dios no dejo de arruinar todo- dijo

-Ey tranqui, ya está okey, ahora no te tenes que estresar y te tenes que cuidar, por ella y por vos- dije y puse en el GPS la dirección del hotel que me había dado.

-Paulo yo ante todo quiero que sepas que esto no es una trampa ni nada para que volvamos o nada, solo vine por ella- dijo tocando su vientre por primera vez desde que la vi- aparte estoy en pareja, con una chica, la conocía antes de enterarme y me apoyo mucho- dijo

-Me pone contento saber que encontraste a alguien que te acompañe y apoye- dije y ella me respondió con una sonrisa.

Llegamos al hotel y antes de que se baje de la camioneta la frené.

-Puedo tocarla? Es que con Gio no pude y bueno- dije nervioso

Ella se levanto el buzo y la remera mostrándome una muy pequeña panza casi invisible y la miré y ella asintió y apoyé mi mano en su vientre esperando a sentir algo.

-Hola hijita, soy papá- dije con los ojos llenos de lagrimas y sentí un pequeño movimiento

-No se mueve mucho, en eso salió a mí- dijo y reímos

-Vaga como la madre- dije y su rostro se transformó a un semblante serio.

-No, por favor no uses esa palabra para referirte a mí, prefirió el envase o simplemente mi nombre, pero no me siento su mamá- dijo y asentí

-Está bien- dije y volví a tapar su mini panza donde esta mi hija y nos despedimos.

Volví a mi casa y cuando llegue ya estaba todo apagado así que directamente fui al cuarto con Anto.

-Estas dormida?- pregunté cuando me acosté y ella se dio vuelta con los ojos rojos.

-Paulo, por favor te prometo que te voy a ayudar, pero no la abandones, ya su mamá la abandonó, tenes que ser su papá- dijo llorando en mi pecho.

-Voy a necesitar mucho tu ayuda, por favor- dije también llorando

-Te voy a ayudar, pero por favor no me dejes, no nos dejes a Gio y a mi- dijo en un puchero

-Nunca mi vida, no los voy a dejar, estás segura que querés que la tengamos, no?- pregunte y Antonella asintió rápidamente- gracias. 

GiovanniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora