𝟐𝟑: 𝐬𝐨𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐞𝐬𝐭ú𝐩𝐢𝐝𝐚

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Kayla:

Salgo de las clases del curso de inglés, miró mi teléfono con la esperanza que Christian haya visto mi mensaje, pero no es así.

Otra vez discutimos por lo mismo de los últimos días.

Comienzo a pensar que nuestra relación se está convirtiendo en una rutina del día a día.

Tal como pasó con Sofía.

Conduzco hasta mi departamento, no tengo ánimos de ir al trabajo, así que solo estaré encerrada en casa.

Cierro la puerta y voy directo a la cocina a preparar algo de comer. Me decido por unos espaguetis con jugo de naranja, mi favorito.

Me veo interrumpida por el ruido del timbre de mi departamento.

Mis ojos se iluminan esperando que sea Christian.

Corriendo voy y abro, pero me llevo otra decepción...no es Christian.

— ¿Señorita Kayla Smith?

— Sí, soy yo — Respondo.

Miro al repartidor sorprendida, pues trae un ramo de rosas blancas, mis favoritas.

— Le mandan esto, en la tarjeta viene el nombre de la persona que se lo envía.

Sonrió y asiente.

Firmo en dónde el repartidor me dice, tomó el ramo y cierro la puerta.

Voy directo a la cocina y dejo el ramo sobre la mesa.

Tomó la carta y leo el nombre de Christian, una sonrisa se dibuja en mi rostro.

Dejo las rosas en agua y decido ir a su casa, Christian no me pasó nunca la dirección, pero la saqué porque un día revise su teléfono.

Tomó las llaves y bajo al estacionamiento de mi edificio. Me subo a mi auto y pongo la dirección en el GPS y conduzco hasta la casa de mi novio.

Aproximadamente fueron veinte minutos de viaje, estacionó mi auto frente a su casa y caminó hasta la puerta.

Tocó el timbre y una chica de cabello rubio me abre.

¿Quién es ella?

— ¿Puedo ayudarte en algo? — Pregunta.

— Soy Kayla, novia de Christian.

Ella me mira sorprendida.

— Tienes que irte, mi hermano no está en casa.

En ese momento escucho la voz de Christian en el interior de la casa.

— No me voy a ir sin ver a mi novio.

— Kayla por tu propio bien, vete.

¿Por mi propio bien a qué se refiere?

— No me voy a ir — Dije pasando de su lado y entrando a la casa.

— ¡Seré papá! — Escuché gritar a Christian.

— ¿QUÉ? — Dije y me lleve la mirada de todas las personas que están la sala.

— ¿Kayla? — Miro a Sofía al lado de Christian — ¿Qué haces aquí?

En ese momento mi corazón se hizo trizas... soy una estúpida.

𝐂𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐀𝐌𝐎𝐑 || CHRISTIAN PULISIC ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora