Capítulo 15 (Final)

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      Las arremetidas de Jongin en su contra eran de apariencia impactante y letal, como una daga asesina que muestra la belleza argéntea en el filo de su hoja. Su energía se materializa como una infinidad de hilos verduzcos, dotados de un efecto eléctrico, que crean chispas al caer con fiereza en los escudos de llamaradas azules que Byun creaba a su alrededor.
    Baekhyun se esmera por mantenerlos resistentes, a la par que sus muslos queman por el esfuerzo repentino que ejerce al correr.
     «Chanyeol», grita su subconsciente con exasperación al no encontrar más que rostros desconocidos u ocultos tras cascos.

    Te estoy buscando. No sé exactamente dónde estamos, pasé por laboratorios.

    Es obligado a detenerse por el obstáculo que representa una horda de agentes armados frente a él. El peliplata crea una línea de fuego, insta a los hombres a que retrocedan, pero estos inician el tiroteo. Ya ni siquiera sabe si se tratan de militares estadounidenses o surcoreanos. Tampoco era que interesara, ya que ambos bandos parecían bastante dispuestos a matarlo apenas tuvieran la oportunidad. Sus dos brazos se mantuvieron en alto, alineados con sus pies plantados en el suelo, se protegía de Jongin y de los nuevos atacantes. Baekhyun sintió su corazón latir más deprisa, era como si golpeara su pecho en busca de escapar de aquella prisión de una vez por todas. Y él podía mandar todo al diablo y dejar fluir con libertad el calor abrasador en sus venas; sin embargo, se obligaba a mantenerse a raya, cuerdo para encontrar a Chanyeol.            La última vez que había dejado que sus instintos, aparentemente los más primarios de su naturaleza, salieran a flote, había terminado asesinando al general predecesor de Park. Lograron contenerlo al poseer todo un equipo especializado para ello y también porque Byun mantenía aquel collar de descarga.   Ahora no había nada apresando su cuello, contrario a Jongin.

    Como si el moreno y el peliplata hubieran forjado una alianza implícita, el más joven minimizó a los adversarios con su energía, mientras Baekhyun los cubría con sus campos de fuerza.

    No pudo evitar pensar que, tal vez, en otras circunstancias, Jongin y él hubieran formado un equipo invencible. No debería sentirse nostálgico, pues no había experimentado una situación similar en el pasado, pero era probable que el sentir naciera al observar a Kim desenvolverse con soltura.

     Todo era terriblemente ridículo.
    Ambos se encargaban de los agentes que se interpongan en el camino, mas los dos continuaban su persecución por todas las instalaciones. Baekhyun sabía que no podían seguir a ese ritmo, que en algún momento la pelea llegaría a su punto de culminación.
    ¿Jongin intentaría asesinarlo de verdad?

    El peliplata se desplaza con agilidad por los pasillos anchos que lo conducen a caminos desconocidos. Sus palmas pican en respuesta. Lo siente, al pestañear, llamas rojas intenso surgen en lugar de oscuridad. Él no está tan lejos, pero no puede localizarlo exactamente.

    ¿Dónde estás, Chanyeol? Déjame verte.

    Voltea a observar a todas las direcciones cuando se adentran en lo que parece ser el área central del primer piso del recinto, una sala enorme que conecta el lugar a través de pasillos. Hay un ascensor justo al frente, el cual no aparenta poder ser usado gracias a la destrucción que obstruye la puerta. El techo es metálico y la estructura tiene como base una semi circunferencia. Un par de personas, de apariencia occidental, salen despavoridas al ver ingresar a los dos seres de apariencia divinamente monstruosa. Byun sabe que sus ojos centelleantes, bañados por completo en un azul eléctrico con matices cían, no son la imagen más tranquilizadora que existe.

    No ve a Chanyeol por ningún lado.

–Jongin –Su respiración está agitada por los minutos corriendo; de su nariz, un hilo fino de sangre amenaza con manchar su rostro-, no tiene sentido que hagas esto.

Ashen weapon | ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora