Capítulo 9

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     Llegó un punto en la vida de Park en el que no supo cómo llegó a aquella situación. Las personas solían agregar acciones a su rutina y acostumbrarse a la normalidad de estas. Hábitos sencillos como tomar un atajo de camino a casa o tomar una taza de café en las mañanas. Él mismo, a lo largo de su vida, realizó acciones de ese tipo sin necesidad de pensarlo a profundidad. Sin embargo, no había sido consciente del momento en el que dirigirse hacia el ala lejana del cuartel se volvió parte de su horario de semana.
    No se presentaba a diario debido a sus deberes, pero sí con una frecuencia constante.

   Le agradaba el ambiente, la mirada de aprobación de la doctora Kim, las veces que Minseok charlaba con él. Aparecerse por allí no tenía carácter impersonal, tal vez aquello era lo que lo hacía sentirse a gusto.
   
    Baekhyun era alguien interesante. Por momentos podía percibir en él un aura de ingenuidad similar a la de un niño, curioso de igual forma; por otros, podía llegar a plantearse si en realidad sabía más de su persona que él mismo. El peliplata era astuto, sus barreras solían estar en alto y también solía pensar antes de hablar. Podía notar que, incluso si aparentaba estar ensimismado, prestaba atención a los detalles de lo que acontece a su alrededor. Sin embargo, el brío propio de la juventud hacía acto de presencia cuando tomaba confianza, Chanyeol lo comprobó de primera mano.
    Lo hizo cuando el menor le confesó que su cabello había empezado a cambiar de color desde que era un niño. Enterarse que el tono del menor había sido castaño, pero que cambió naturalmente con los años, logró que Park pensara al respecto en las horas libres subsiguientes. Su vida adoptó un rumbo en el que, por cada dato que Byun proporcionaba, él no podía evitar tenerlo en su mente.

    Chanyeol observó el cubo metálico que mantenía ocultas las manos de Baekhyun. Solo podía observar el hueso sobresaliente de su pálida muñeca y un poco de piel de la cara interna de sus antebrazos.
   El lunar encima de su labio se lucía más notorio por alguna razón; además, unas cuantas pecas claras salpicaban sus pómulos angulosos. El general dedujo que se debía a las luces. Usualmente él iba a visitarlo a su ambiente, ahora, ambos estaban en una de las estancias en las que se llevaban a cabo las pruebas. No iban a hacer ninguna, pero un cambio de lugar pareció idóneo.

–Habrá otra misión dentro de poco –informó.

   Byun lo miró interesado.

–Wow, era de suponerse –Ladeó su rostro de tal forma que algunos mechones se deslizaron en la dirección contraria–. Hace tanto que no salgo de aquí que ya perdí la cuenta.

     Park tampoco era capaz de dar la cifra exacta de días que transcurrieron desde la última misión. Había estado supervisando el entrenamiento de Sehun y ocupado con su trabajo que las horas de cada día se escapaban entre sus dedos. Posiblemente fuesen tres meses o un poco más.
   Irguió su espalda en el asiento e intentó acomodarse antes de hablar.

–Será un tanto diferente de la última vez.

–¿Por? –preguntó el más joven.

–Nuestra tarea principal no es de protección, iremos con el servicio de inteligencia.

    Baekhyun asintió con la cabeza. Chanyeol lo vio apartar la mirada y supo al instante que el joven estaba asimilando la información. Solía ser así, bajaba la cabeza ligeramente y sus ojos se perdían en algún punto lejano.

–¿Quieren informarse, verdad?

   Lo había captado rápido. Era obvio, no se trataba de la primera vez, llevaba años trabajando para ellos a fin de cuentas.

Ashen weapon | ChanbaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora