1/3 Capítulo 5

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Recámara de Pilar...

Sergio: No sabes lo que te extrañe mi amor (se recostó a su lado) no quiero que estés enojada conmigo, ya paso todo amor.

Pilar: Para mi no paso Sergio.

Sergio: Olvidemos eso tocandola.

Pilar: Ser...Sergio no.

Sergio: Quiero pedirte perdón así, amándote (mientras besaba su cuello).

Pilar: Sergio, ahora no, me duele todo.

Sergio: Ahora si, porque tengo ganas de ti y eres mi mujer.

Pilar: Por favor, no (llorando).

Sergio se puso encima de ella mientras la besaba, su cuello, los senos, subió el camisón hasta la cintura y sacó la panty, todo groseramente, a su modo, lo que él quería, entro en ella y comenzó a moverse mientras besaba su cuello, Pilar solo lloraba, no podía hacer nada, así era siempre...

Sergio: Dime que me amas, dímelo!! (gritó).

Pilar: Te a....amo, por favor...ya!! Por favor.

Sergio acabo en ella y se recostó a su lado, Pilar se se levantó y fue al baño, entro y se puso a llorar desconsolada...

Pilar: Porque, porque (llorando) cuando terminara esto, prefiero morirme, morirmeee!! (cayendo al piso).

Cuando volvió a la cama Sergio ya estaba dormido, bajo a la cocina por agua...

Pilar: ¿Que haces aquí? ¿No puedes dormir?

Belén: No, tu tampoco por lo que veo.

Pilar: No.

Belén: Estuviste llorando.

Pilar: No, estoy bien.

Belén: Má, escuché por eso baje, siempre es igual.

Pilar: Ya terminará todo esto.

Belén: No mereces esto mami, tu no.

Pilar la abrazo...

Pasaron 2 días y esperaron que Sergio se fuera a trabajar, Pablo les mandaría un taxi a la hora acordada...

Sergio: ¿Y tu no irás al colegio?

Belén: No, no me siento bien.

Sergio: Excusas para no ir.

Belén: No son excusas.

Pilar: Paso la noche mal.

Sergio: Y tu la cubres.

Paula: Buenos días amiga, buenos días mi niña, hola (miró seria a Sergio).

Sergio: Tan temprano aquí, no tienes nada que hacer.

Paula: No vine a verte a ti.

Belén: ¿Quieres un café madrina?

Paula: Si gracias mi reina, porque me quedaré un buen rato (mirando a Sergio).

Sergio: Prefiero irme a trabajar, adiós.

Paula: Adiós querido.

Pilar: Adiós.

Rato después...

Belén: Mami, el taxi está en la puerta.

Paula: Vamos Pili.

Se fueron y subieron al taxi lo más rápido que podían, ese día la empleada no estaba, pues no iba todos los días...

En el taxi...

Paula: Ya deja de mirar a todos lados, no pasa nada, ya estás libre.

Pilar: Tengo miedo, me parece que aparecerá en cualquier momento.

Belén: Tranquila mamá, todo estará bien (se recostó en su hombro).

Cuando llegaron al departamento de Pablo, las manos de Pilar aún temblaban...

Pablo: Pilar, tranquila (la tomó de las manos) ya estas bien, ya no más, te prometo que no dejare que nadie más te haga daño.

Pilar no pudo contener su llanto y Pablo la abrazo...

Paula: Gracias por lo que haces por ellas Pablo, eres un ángel.

Belén: Eso mismo pensé, un ángel que apareció a salvarnos por fin después de muchos años.

Pablo: Las protegere y ya les conté porque preferí traerlas aquí, de este lugar nadie las hará irse ni siquiera la justicia, y aquí él jamás las encontrará.

Pilar: Gracias de verdad.

Pablo: Fuiste muy valiente Pili, se que no es fácil y que se siente mucho miedo, por eso muchas mujeres en tu situación se quedan con el agresor, por miedo.

Pilar: Lo hice por mi hija, ella no merece sufrir más.

Pablo: Y por ti, eres una mujer increíble, hermosa y se que puedes salir adelante.

Pilar lo miró y sonrió, jamás un hombre le había dicho palabras tan bonitas...

Pablo: Esta es su casa ahora, no tienen que pedirme permiso para nada.

Belén: Gracias Pablo.

Pablo: Se que no podrás ir al colegio pero ya hablé a la dirección de todo esto y podrás tener las clases por internet, así no perderás nada.

Belén: Ay gracias Pablo, gracias por preocuparte tanto por nosotras (lo abrazo).

Paula: Yo ya me voy, se que estarán muy bien y me voy feliz por ti amiga, por fin saliste de ese lugar.

Los días pasaron y Pilar y Belén se sentían mucho mejor, Pilar cocinaba y ordenaba la casa y Belén con sus clases en la computadora, ayudaba a su mamá, para ellas era una vida muy diferente que hacía mucho no teníamos.
Paula no había ido aún porque era mejor evitar sospechas y que Sergio la podría seguir.
Sergio estaba furioso de no saber nada de ellas, el día que llegó estaba desesperado, hizo la denuncia a la policía...

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