The Truth Untold ~TaeKook/KookTae~

03. El segundo shock de su vida.

Jungkook siempre lo supo, desde pequeño creyó saber lo que su corazón le decía.
Sus mejillas enrojecian cuando aquél niño que asistía a la misma escuela primaria que él lo tomaba de la mano y solían compartir sus almuerzos mientras reían y jugaban, Jungkook de apenas siete años esperaba horas completas para poder jugar con su amigo en los recesos ya que desgraciadamente no iban a la misma clase ya que Jeon era un año mayor. Quince minutos al día y con eso ellos podían ser felices.

Así fue por un año completo hasta que una mañana aquel niño de cabello negro y sonrisa encantadora no llegó, el mayor esperó pacientemente por semanas, pero su pequeño no volvió.
Jungkook lloró por lo que pareció una eternidad  y a su padre cada día le costaba más trabajo levantarlo para que asista a la escuela ya que se negaba a tener que ir y jugar con sus propios compañeros en los recesos, se negaba a tener que perseguir a las niñas y recibir un beso de ellas en la mejilla porque él solo quería que ese niño un año menor que él lo besara. Jeon Jungkook solo quería eso porque se sentia bien.

A los doce años aceptó que le gustaban los chicos y sintió miedo de una manera que creyó que no era humana. Pasó días enteros llorando en la oscuridad de su habitación mientras se decía a él mismo que eso no estaba bien, trataba de convencerse de que estaba confundido y solo era una etapa más en su vida.

Hasta que a los trece años vio a dos mujeres besándose y una risita se instaló en sus labios y su corazón se sintió cálido, ya no se sentía raro, ya no todo era tan oscuro y desolador.
Dos años después entendió que no era el único, entendió que no tenía que avergonzarse de sus colores porque eran hermosos, brillantes y encantadores, lo entendió gracias a su padre, cuando una tarde llegó a casa y por un desliz no pidió permiso antes de entrar a su oficina y lo que vio lo dejó en el segundo shock de su vida, el primero fue años atrás, cuando su madre lo abandonó sin darle una explicación.
Su padre estaba besando a otro hombre, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras corría a los brazos de su progenitor y le susurraba palabras entrecortadas que sonaban a amor y agradecimiento.
Sin embargo, nunca salió del clóset con el señor Jeon, no sentía la necesidad de hacerlo. Él solo quería llegar un día y decirle que se había enamorado.

─¿De qué quieres hablar?─ pregunta Sun Hee, la mujer sentada enfrente de Jungkook.

─Yo─ las manos del pelinegro juegan con la taza de café dejando en claro su nerviosismo.

─Cariño puedes decirme lo que sea, lo sabes muy bien Jungkook, soy lo más cercano que tienes a una madre.─ sonríe.

─Noona, soy gay─ la mira con ojos llorosos en busca de aprobación y el corazón queriendo explotar en su pecho. Ahí está, saliendo del clóset con la esposa de su padre, lo más cercano que tiene a una figura materna.

─No llores cariño, no tienes por qué llorar. Está bien, no pasa nada. Sabes que te amo y siempre lo haré, ¿lo sabes verdad?─ Sun Hee pasa sus dedos por las mejillas de Jungkook secando lentamente sus lágrimas.

─Si Noona, lo sé─ le responde mirando su café ─ pero yo no quiero ser papá y tener que fingir amar a una mujer, no quiero casarme solo por aprobación, Noona Sun Hee no quiero ser así.─ sus ojos brillan por aquellos pequeños cristales frágiles que se escapan de sus ojos.

─Tu padre tomó esa decisión Jungkook, él decidió colocarse una máscara y no mostar su esencia verdadera.
Pero tú no tienes que seguir sus pasos, tú puedes elegir ser feliz sin ocultarlo.

─ Me siento afortunado─ responde tratando de sonreír

─ ¿Por qué?─ pregunta la mayor.

─ Porque me aceptaste y papá lo hará, me siento afortunado porque puedo ser yo en cierto modo y existen muchas personas que no corren con la misma suerte. Por eso me siento afortunado.
La vida adentro de un clóset es monocromática pero afuera de éste la vida tiene más colores y quiero vivir así, explorar esos colores aunque el negro y el blanco existan entre ellos.

─Gracias por confiar en mí─ dice Sun Hee mientras le sonríe.

─Siempre confiaré en ti─ responde Jungkook mientras le da un sorbo a su café.

Y se siente bien, se siente a salvo y reconfortado ya que el peso en su espalda disminuyó.
Sonríe y aquella sonrisa ilumina el mundo entero.

Dato: yo tenia 11 años cuando acepté que era bisexual, la parte en la que dice que Jungkook pasó días enteros llorando en su cuarto cuando se dio cuenta de que era gay decidí escribirla porque esa niña asustada y confundida en algún momento fui yo.

- Venusxx