Taehyung siempre sintió algo por Jungkook, aquel joven que hace latir su corazón desenfrenadamente cada vez que lo ve, siempre que puede se pierde en aquellos ojos color chocolate que poseen constelaciones completas, esos ojos que pueden atrapar el...
La puerta de su habitación es tocada al compás de la lluvia que cae afuera y empaña los vidrios debido al frío de la noche y sabe perfectamente lo que viene a continuación.
─Pasa─ dice suavemente casi sin querer que su voz se escuche.
─ Tu madre me dijo que no quieres tener una cita con Lisa─ dice el padre de Taehyung sentándose en la cama junto a su hijo.
─Sí─ susurra Tae con los ojos apagados y una presión en el pecho que le hace sentir desfallecer─ tuvimos algo así como una discusión─ confiesa lentamente.
─¿Entiendes que eres un chico?─ suelta su padre de repente terminando de apagar todo aquello que podía llegar a poseer luz en el interior del menor.
Taehyung sabe de memoria esa conversación que sus padres le dan desde pequeño, desde que él tomaba de la mano a sus compañeritos de la escuela porque lo creía normal y lo hacía feliz pero eso era malo, asqueroso y repulsivo para los demás, incluso para sus padres.
─Sí papá, lo sé─ dice con la cabeza entre sus manos.
─Entonces por naturaleza tienes que tener novia, casarte y ser padre, tienes que tener una gran casa con un patio en el cuál jugarás con tus pequeños, tendrás un perro y una vida maravillosa─ su padre sonríe y Taehyung solo quiere llorar, él quiere llorar porque no imagina una vida así junto a una mujer. Él solo quiere que ese frío lago al que fue sometido se descongele y lo deje ser libre, él anhela libertad.
─¿Y qué ocurre si no quiero una novia?─ pregunta con temor a la hiriente respuesta que recibirá a continuación.
─Te iras al infierno cariño.
Taehyung ya está ahí, en donde todo está en llamas pero él se siente helado, casi sin vida. Se siente vacío, sí, esa es la palabra correcta, vacío. Él ama a sus padres pero, ¿Dios? Tae no cree en él, no puede adorarlo como sus padres. No puede querer a alguien que no lo quiere. No puede querer a alguien que hizo que sus padres lo miren con decepción y repulsión.
─¿Mamá está en la sala?─ Taehyung intenta evadir el tema de conversación.
─Está haciendo de cenar, apenas llegué me pidió que subiera a hablar contigo sobre lo sucedido hoy─ El señor Kim Dongju a pesar de tener una doctrina religiosa al igual que su esposa, la señora Hana, intenta ser un poco más comprensivo con Taehyung. Él fue el que se encargó de convencer a Kim Hana que le permitiera a su hijo dejar de asistir a la iglesia todos los domingos a petición de Taehyung. Y luego de discusiones que incluyeron palabras hirientes y lágrimas derramadas, ella aceptó diciendole a Tae que solamente dejaría que no vaya a la iglesia porque no quería que una persona como él pise un lugar tan puro como lo era la casa de Dios.
─Entiendo─ fue lo único que Taehyung pudo responder, realmente su mente no hace silencio en ningún momento, siempre trata de hundirlo, de destrozarlo un poco más.
"Mi hijo no es un enfermo, un pecador, mi hijo no lo es."
─Mamá hoy dijo que estoy enfermo y que soy un pecador─ dice mientras su garganta se cierra y lágrimas escapan de sus ojos sin poder controlarlas.─ ¿tú piensas lo mismo?
─No estás enfermo cariño, solo estás confundido, es una etapa la cual ya pasará y todo volverá a estar bien─ Dongju lo mira a los ojos y hace el intento de secar las lágrimas que caen por el rostro de su hijo pero Taehyung es más rápido y lo esquiva, no queriendo sentir su tacto ni mucho menos su presencia en esa habitación la cual al paso de los segundos se le hace más asfixiante.
¿Cuando algo en la vida de Taehyung estuvo bien? tal vez cuando le confesó a sus abuelos que le gustaba un chico y ellos sintieron más amor que rechazo, tal vez cuando conoció a Jimin o en su primer día de preparatoria al conocer a Jungkook. Pero generalmente nada en su vida está bien porque él solo anhela libertad y anhela poder amar sin temor alguno de ser juzgado. Y en ese momento, sus padres solo pueden decirle que está confundido y enfermo, entonces nada está malditamente bien.
─Estaré abajo con tu madre─ Dongju se levanta de la cama y se encamina hacia la puerta.
─Dile a mamá que no cenaré─ Taehyung que todavía está sentado en la cama con las piernas cruzadas y un acolchado tapando parte de su cuerpo mira a su padre a los ojos, ¿en qué momento aquellos orbes tan similares a los suyos dejaron de observarle con tanto amor? no es una mirada tan fría como la de su madre, aquellos ojos color chocolate que Tae adoró por tantos años de su corta vida, esos mismos ojos pertenecientes a la persona que lo trajo al mundo ahora solo le miran con tanta frialdad que su piel se eriza con tan solo recordarlos.
─Está bien Taehyung─ es lo último que dice su padre antes de cerrar la puerta y dejarlo nuevamente solo en el silencio de su habitación.
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