Taehyung siempre sintió algo por Jungkook, aquel joven que hace latir su corazón desenfrenadamente cada vez que lo ve, siempre que puede se pierde en aquellos ojos color chocolate que poseen constelaciones completas, esos ojos que pueden atrapar el...
─¿Qué es lo que desean ordenar?─ la voz de Taehyung resuena en la cocina, en donde Jimin se encuentra tras haber tomado el pedido, el mayor voltea lentamente y observa como los ojos del contrario brillan por las lágrimas acumuladas en ellos.
─Tae no es necesario, yo iré, puedes tomar un descanso si lo deseas.─ Jimin se acerca a Taehyung y limpia las lágrimas de sus mejillas.
─Está bien, no tienes que tratarme como si sería un frágil cristal que se romperá ante cualquier golpe. Todo está bien.─ le podia mentir a todos pero no a Park Jimin.
─¿Piensas que te creeré? lo que menos deseo es que sufras, ¿entiendes? sé que no eres un cristal, sin embargo no necesito comprobar que tanto dolor puedes soportar antes de terminar hecho trizas, Taehyung. Sé que estás afectado, no intentes ocultar tus sentimientos conmigo.─ el mayor se dirige hacía la salida y Taehyung lo sigue por detrás.
─¿Y qué quieres que haga? ¿Quieres que llore enfrente de él y le diga que lo quiero? ¿Quieres que le diga que el olor a vainilla que desprende su cabello me encanta al igual que su pequeña cicatriz en la mejilla y que sé que le gusta el café con solo dos cucharaditas de azúcar? ¿quieres que le confiese que mi corazón va deprisa cada vez que lo veo por los pasillos de la preparatoria, en algún parque o en el café? No puedo hacerlo Hyung, eso no es correcto.
─¿Y piensas que llorar por las noches mientras anhelas su amor es correcto, Taehyung?─ Jimin ama a su mejor amigo, lo ama y no soporta la idea de ver como se cae en pedazos por el chico de allí afuera, el que mira con tanto amor a alguien más. No soporta a los padres del menor, no entiende que tan poca humanidad poseen para poder rechazar esos dulces ojitos y dejar que se apaguen en el oscuro abismo de su odio. No entiende porqué el mundo es tan cruel e injusto. No entiende, nunca lo va a hacer.
─No Jimin, eso tampoco es correcto, lo sé, pero soy feliz si él es feliz.
─Que algo te haga sentir más dolor que bienestar no es felicidad.─ tocó las mejillas de Tae y aquél dolor en el pecho volvió, punzante y amenazador como la primera vez que vio a su pequeño llorar.
─Hyung.─ dijo el menor secándose las lágrimas─ ¿puedes llevarle su pedido? por favor.─ pidió fingiendo una sonrisa quebradiza.
─Sí, cariño, lo haré.─ Jimin sale de la cocina con dos tazas de café, una en cada mano y una angustia punzante que lo hace incapaz de respirar con normalidad, los ojos lagrimosos de Taehyung tatuados en su mente sin necesidad de tinta alguna. Y en ese momento Park Jimin entiende que él daría la vida con tal de que Taehyung se sienta bien.
"Eso hacen las personas que se aman, yo te amo y tú me amas a mí."
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