"Los sueños están hechos para cumplirse", pero el soñador decide si vale la pena luchar por ello, porque aquella frase solo esta hecha para los valientes.
Shin Ryujin tiene un padre que esta dispuesto a hacer que la menor se saque de la cabeza de se...
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El viernes, el maldito viernes, había llegado sin falta alguna y para ambos era un desastre, porque ¡otra vez! Discutían con sus apoderados. Era una basura extrema.
Ryujin simplemente no quiso escuchar nada más y salió corriendo de su casa para no llegar tarde al colegio. Por parte de Beomgyu, solo quiso desaparecer cuando su madre le preguntó sobre su carrera, terminando en una discusión nada agradable.
El destino los quería juntos. Juntos llegaron a la entrada, explicando lo que había pasado en sus casas sin problema alguno. Ryujin le tuvo más confianza luego de haber pasado dos días platicando con Choi de regreso a casa, y bueno, también de ida. No descartaron para nada la apuesta, ya que al final del día verían cómo hacer para ver los videos y ver quién obtuvo más votos.
Hablaron de cosas triviales, y de camino se encontraron con los Hwang. Ambos hermanos llevaban la misma ropa, lo que hizo que los otros presentes se miraran confundidos.
— ¿Y eso? —señaló Ryujin, mirando la ropa.
— Ah... es que hoy vamos a hacerle una broma a un profesor que se jubila —sonrió Yeji.
— ¿Una broma? —preguntó Beomgyu, confundido.
— Sí, una broma —miró a Shin y Choi, quienes fruncieron el ceño— cosas de mellizos —sonrió sin preocupación— es para que no se olviden de nosotros y nos recuerden con mucho amor. Es la mejor manera de hacer que una memoria valga la pena.
— ¿Y qué tipo de broma es? —preguntó Felix, posicionándose al lado de Ryujin.
— Lo verán hoy en la formación del auditorio. Pusieron en la página del colegio que había un comunicado.
— De seguro es sobre la reducción de salones —todos miraron a Yongbok con cara de confusión— ¿qué?
— Repite lo que has dicho —pidió Yeji con semblante preocupado.
— Escuché que los treinta salones de secundaria se iban a reducir a veinte, para poder hacer que los clubes de deportes se unieran —infló sus cachetes— ¿soy el único que lo sabe?
— Sí, honey, eres el único —sonrió sin mostrar los dientes Hyunjin, para luego ponerse serio— no entiendo por qué lo hacen.
— Mmh... Felix dijo que era para que los clubes de deportes entraran —frunció las cejas Hwang Yeji— pero ¿quién quiere practicar ahora, cuando lo pudieron haber pedido hace tiempo?
Pararon sus pasos al llegar a la entrada, se miraron unos a otros y se despidieron para ir a sus casilleros. Solo quedaron ahí Shin, Choi y Lee.
— ¿Quieren que los lleve a detención a los tres? —soltaron un brinco al escuchar la voz del señor Byung Hun detrás de ellos.