Random Lucky: Farmacia. Estado... Amigos [Random Lucky: เภสัชฯ สเตตัส...เพื่อน]

CAPÍTULO 5

—¡Oye! ¿Qué pasa? Sólo estaba bromeando. ¿Te quedaste en shock?

Ah... sólo era una broma, ¿eh?

Sentí como si me golpearan con un mazo gigante en pleno aire y luego cayera en el suelo de concreto. Si fuera real, probablemente ya estaría muerto.

Desvié la mirada y bajé la cabeza, cerrando los ojos para ocultar mi irritación. Tragué el malestar que llenaba mi pecho y traté de poner una expresión normal.

—...

Opté por el silencio como respuesta. Entendía que estaba bromeando, para él era normal que los amigos se bromearan así. Pero, ¿por qué no me divertía? En lugar de reírme con los demás, me sentía terrible.

No es que no sepa cómo se llama lo que siento, simplemente no entiendo por qué me duele.

Es sólo un amigo bromeando...

—Pao, no te quedes callado. Me haces sentir mal. Eh... si no te gusta, no lo haré más, ¿de acuerdo?

—Vámonos. Ya es tarde y no tendré transporte para regresar.

Ignoré lo que dijo y sugerí que nos fuéramos. Por suerte, ya había terminado de comer el bollo, porque de lo contrario, su sabor se habría arruinado.

—Deja que mi padre te lleve a casa, Pao —corrió a bloquearme el paso y comenzó a caminar de espaldas cuando vio que no me detenía. No sé qué expresión tenía, pero traté de parecer lo más normal posible.

...Qué forzado se siente.

—Puedo volver solo. No quiero molestarlo, él está trabajando.

—Por favor, deja que mi padre y yo te llevemos, Pao. No quiero que regreses solo.

—Vine solo, así que puedo...

—¡Pao! No seas terco. Me preocupo por ti.

Sabía que trataba de reconciliarse, pero no tenía nada que perdonarle. No estaba enojado con él. Esta situación no era su culpa, sino mía. Yo era quien se sentía así, se irritaba, y se dolía, así que también debía sanar solo.

Además... no tengo derecho a enojarme tanto con él.

—Por favor, Pao...

—Mm... —Pero aun así, cedí por completo ante su súplica.

...Después de que Phu me llevó a casa, me duché y me preparé para dormir, aunque apenas eran las ocho de la noche. No había cenado porque mi madre aún no había regresado de la tienda. Traté de reflexionar sobre mis sentimientos, preguntándome qué pasaba en el lado izquierdo de mi pecho. Sólo podía hacerme preguntas una por una...

«¿Por qué mi corazón late más fuerte cuando estoy cerca de Phu?

Respuesta... no lo sé, late por su cuenta.

¿Por qué lo miro a veces o sonrío con su sonrisa?

Respuesta... porque él sonríe, así que yo también sonrío.

¿Por qué me siento bien cuando está cerca?

Respuesta... porque tiene buen carácter, y es un buen amigo.

¿Por qué me duele cuando habla de otras personas?

Respuesta... no lo sé...

¿Por qué siento dolor en el pecho al saber que lo que dijo hoy fue solo una broma?