Random Lucky: Farmacia. Estado... Amigos [Random Lucky: เภสัชฯ สเตตัส...เพื่อน]

CAPÍTULO 14

—Ugh... pesado...

Me desperté temprano en la mañana porque sentía una pesadez que me impedía moverme, como si una roca gigante me estuviera aplastando. Al mirar la causa de mi incomodidad, encontré a Phu abrazándome fuertemente, respirando cálidamente y de manera constante en mi cuello, lo que me hizo estremecer.

Me quedé tenso, sin atreverme a moverme, temiendo despertar a la otra persona que dormía plácidamente. Era nuestra primera noche durmiendo juntos y ya me tenía abrazado de esta manera. ¿Cómo iba a poder dormir en las siguientes noches? ¿Sabía él que nunca tenía piedad con mi corazón?

—Hmm... ¿ya estás despierto?"

Phu se movió soñoliento, liberándome y sentándose en la cabecera de la cama mientras se frotaba el cabello de una manera sexy. Observé sus movimientos con el corazón acelerado, preguntándome si había tomado la decisión correcta al aceptar vivir en el dormitorio con él.

—...

—¿Qué hora es?

Cogió el reloj de la cabecera y vio que ya casi eran las ocho. Yo seguía inmóvil bajo la gruesa manta, con el corazón latiendo tan fuerte que temía que él pudiera oírlo.

—...

—¿Qué te pasa?

—Nada...

—¿De verdad? ¿No puedes dormir?

Phu se inclinó sobre mí, apoyándose con un brazo por encima de mi cabeza y apartándome el cabello de la cara suavemente con la otra mano. Nuestros rostros estaban muy cerca. Se acercó lentamente hasta que nuestras narices casi se tocaban. Mi corazón palpitaba mientras le respondía tembloroso.

—Ayer dormí bien... —Tum, tum, tum, tum, tum.

—¿Por qué late tan fuerte tu corazón?

Sin decir más, acercó su oreja a mi pecho y me abrazó ligeramente. ¡Estaba decidido a volverme loco!

—Phu... ¿los amigos hacen esto? —Le pregunté con voz serena.

—¿Esto? ¿A qué te refieres?

Su voz grave me preguntó, mientras extendía su mano para agarrar la mía suavemente. Su toque cálido me hizo no querer moverme, deseando detener el tiempo en ese momento.

—Lo que estás haciendo ahora...

—A veces no puedo explicar lo que hago. ¿No podrías ignorarlo de vez en cuando? —Me miró con ojos suplicantes, haciendo que mi corazón diera un vuelco.

—Entonces... si hago algo que no puedo explicar, ¿podrías no preguntar sobre ello?

—...

—¿Qué dices?

—¿Me estás seduciendo?

Phu sonrió y se subió a horcajadas sobre mí, colocando su mano cálida en mi mejilla y acariciándola suavemente.

—No puedo explicar lo que hago... si piensas que te estoy seduciendo, está bien, pero yo también pensaré que tú me seduces porque no fui yo quien empezó.

—Je, eres adorable. No te enamores de nadie más, o me pondré celoso.

—¿Es posible tener celos de un amigo? ¿Por qué? ¿Tienes miedo de que valore a alguien más que a ti? Eres como un niño. Ni siquiera Nawa se queja tanto.

—¡Si eso significa que no serás de nadie, puedes llamarme niño!

—Phu... ¿te gusto?

Reuní el valor para preguntar lo que tenía en mente, una pregunta que determinaría nuestra relación...