Capítulo Quince

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Chaeyoung y Mina se encontraban tiradas en el suelo mirando el cielo mientras la menor mencionaba las figuras que veía en el cielo.

El castillo podía estar quemándose internamente sin embargo Chaeyoung ignoraba todo aquello pasando tiempo solo con su bella Mina.

Mina veía entretenida a Chaeyoung, realmente era una niña inocente y eso la hacía sentir el ser más asqueroso después de haber pensado cosas sucias con ella.

Algunas veces Chaeyoung no podía comprender por qué Mina era tan reservada y sería. Mientras que Mina no podía entender cómo Chaeyoung era tan confiada.

Pero algo de lo que ambas podían estar seguras es que se sentían seguras estando una al lado de la otra, habían tratado de salir del castillo pero con todo lo que había sucedido los guardias pasaban cada 15 minutos por el lugar.

Mina estaba tan absorta pensando en la menor que no se había dado cuenta alguna de cuenta esta se quedó dormida, con cuidado fue tocando el rostro de la chica con la yema de sus dedos.

La piel de Chaeyoung era totalmente suave, su cara era un poco redonda pero sus mejillas siempre mantenían un leve color rosa, sus pestañas eran largas y definitivamente se veía como un ángel durmiendo.

El único pensamiento que rondaba en la mente de Mina era "¿será así de suave toda su piel?"

Se abofeteó mentalmente al pensar aquello, tenía que controlarse y más sabiendo que Chaeyoung era mucho menor que ella.
Todas sus conquistas se trataban de chicas de su misma edad o un año menor, pero nunca de la edad de Chaeyoung.

Si un dios existía en verdad le rogaba que quitara aquellos pensamientos sucios de su mente.

YeonJun se mordía las uñas de preocupación, Soobin había desaparecido desde el día del anuncio de la muerte de Eun Woo

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YeonJun se mordía las uñas de preocupación, Soobin había desaparecido desde el día del anuncio de la muerte de Eun Woo.

La reina madre lo estaba presionando a morir, su padre se había vuelto loco, se enteró que tenía una media hermana que ni siquiera la conocida.

Todo le había caído como un balde de agua fría, el estrés lo estaba matando pero lo más preocupante para él era que Soobin estaba desaparecido por completo.

¿Y si la reina madre le había hecho algo?

No, eso no podía ser posible... ¿se habría dado cuenta de su relación con Soobin?

Eso no era posible, lo habría matado.
Yeonjun se dio un pequeño golpe en su cabeza, estaba pensando demasiado por todo lo que estaba pasando.

Salió de su habitación notando al instante una fresca brisa  acompañada del estrés que todos sentían desde la muerte del príncipe heredero.

Camino por el lugar recibiendo saludos de cada persona que lo miraba, habían más guardias de los normales aquello lo hacía sentir incómodo.

Pero lo que más amaba YeonJun del palacio era el jardín, había distintas flores, de distintos colores sin embargo su corazón empezó a latir fuertemente al ver una figura idéntica a la de Soobin a lo lejos.

Corrió con todas sus fuerzas hasta donde él pero se detuvo al ver que no estaba solo, aquel chico al cual había amado durante años estaba besándose con una cortesana, aquel chico a quien se había entregado estaba besando a alguien más.

Podía escuchar a su corazón quebrarse, apretó su mano con fuerza, su rostro perdió toda la paz y alegría que había obtenido hace unos momentos.

La cortesana se asustó al ver a YeonJun ahí causando que Soobin volteara a ver de quien se trataba.

— Su alteza...  —La cortesana agachó la cabeza buscando darle una excusa.—

— Vete... — Ordenó con firmeza, sin quitar su mirada de Soobin, la cortesana inmediatamente salió corriendo del lugar y Soobin estaba por irse.— Tú no, Choi...

— ¿Qué sucede su majestad?  —Aquel acento burlón que usaba Soobin le molestaba.

YeonJun levantó su mano e inmediatamente después le brindó una fuerte cachetada a Soobin quien quedó sorprendido por esta acción.
Las lágrimas caían sin parar por las mejillas del menor.

— ¿Por qué? Yo si te amo... ¿Por qué?

— YeonJun... — Soobin limpió con sus dedos una de las lágrimas para luego mostrar una sonrisa. — ¿En verdad crees que te amo? Eres un hombre...

— Yo...

Ni siquiera dejó terminar al menor, se fue dejándolo solo, YeonJun estaba destrozado.
Quería dejar de llorar, quería golpearlo hasta que pudiera su tristeza y su enojo desaparecer.

La risa de Chaeyoung fue despertando poco a poco a Mina quien se había quedado dormida, el mirar a Chaeyoung al despertarse la hacía sentirse bien

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La risa de Chaeyoung fue despertando poco a poco a Mina quien se había quedado dormida, el mirar a Chaeyoung al despertarse la hacía sentirse bien.

Pero esta no sospechaba que la menor con ayuda de las cortesanas y el enunco había hecho algunos dibujos en el rostro.

Mina abrazo a Chaeyoung con fuerza, de alguna manera sentía que esta podía abandonarla o que algo malo podía sucederle, dejo un pequeño beso en la mejilla de Chaeyoung.

— Me voy a poner como un tomatito si mi Mina me sigue dando besitos...

— Entonces te dejaré como un tomate

Estaban solas, así que podían hacer lo que querían y Mina quería consentir a la menor durante todo el tiempo que podía.

Dejo besos en todo el rostro de Chaeyoung, dejando manchas en el rostro de esta.

— ¿De dónde salieron esas manchas? —Preguntó Mina confundida.

La risa de Chaeyoung se hizo presente de nuevo, una risa llena de inocencia por su pequeña broma.
Mina se tocó su rostro notando las manchas y solamente pudo reír.

— Eres una traviesa Chaeyoung, si sigues así tendré que castigarte algún día...

My Dear Princess ||ᵐⁱᶜʰᵃᵉⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora