En el reinado del rey Gwangjong, había un secreto del cual nadie estaba enterado, una hija secreta de la reina Daemok.
Había sido criada por unos pocos sirvientes del palacio, adoptando otro nombre, sin tener el apellido real y estando encerrada en...
Chaeyoung y Mina se encontraban juntas en la habitación de la chica, habían pasado unas semanas desde el accidente pero Chaeyoung estaba como si nada le hubiera pasado.
Ambas estaban bordando, Mina estaba bordando una flor pero cuando trató de acercarse a Chaeyoung para ver que hacía esta la alejo de inmediato diciendo que era secreto.
Chaeyoung tenía en sus dedos un pequeño protector para sus dedos puesto que se bordar no era lo mejor que hacía pero esta vez se estaba esforzando bastante en los que hacía.
Mina terminó lo suyo más rápido que la menor, se quedó mirándola unos segundos con una sonrisa, la menor estaba concentrada en su trabajo.
— ¿Quieres que te ayude?
— ¡No! Es algo especial y tengo que hacerlo sola -explicó Chaeyoung sin desconcentrarse de su trabajo.-
Mina espero pacientemente a que Chaeyoung terminará, se llevó una pequeña sorpresa al saber que la chica había bordado su nombre.
Era una manta blanca pero el bordado era de color rosa había un pequeño corazón al lado haciendo que el corazón de Mina se agitara fuertemente.
— ¿Te gusta Minari?
— Esta hermoso Chae... lo guardaré muy bien lo prometo
Mina nunca se había sentido así con pequeños detalles, pero guardaría aquello como si de oro se tratara.
Mina se acercó a Chaeyoung y le dio un pequeño beso en los labios, la menor se puso nerviosa hasta sus mejillas se habían puesto rojas causando una risa en Mina.
El corazón de Chaeyoung latia fuertemente al escuchar la risa de Mina, la mayor era alguien demasiado serio y pocas veces se le escuchaba reír.
— Mina, por favor ríe más seguido me gusta escuchar tu risa
— De acuerdo. -Mina mostró una pequeña sonrisa.- Quiero que salgamos mañana, un paseo ¿quieres?
— No creo que nos dejen salir Minari...
— Tu enunco encontró una salida secreta nueva, podemos salir por ahí
— ¿En serio? -los ojos de la menor brillaron de alegría.- Entonces ¡vamos!
— De acuerdo pequeño tomate
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~Un día después~
El sol estaba muy alto en el cielo, las nubes casi no se veían sin embargo el día era realmente fresco.
Mina había llevado a Chaeyoung a una pequeña colina que estaba un poco lejos del palacio, había un gran árbol que daba frescura. El enunco había preparado una pequeña canasta con bocadillos que podían comer durante la tarde.
Chaeyoung corría por el lugar disfrutando de la brisa y de la libertad que estaba obteniendo aquel día, no sabía cuándo iba a volver a salir del palacio, debía disfrutar todo.
— ¡Chae ten cuidado! ¡te puedes caer!
— ¡De acuerdo!
Una hermosa sonrisa apareció en los labios de Mina quien veía a su amada desde lejos, organizó con cuidado el pequeño picnic que les habían preparado.
Chaeyoung corrió hacia su mayor abrazandola por la espalda, pero la fuerza que había utilizado era demasiada, ambas rodaron por el césped.
Chaeyoung iba a disculparse por haberla tirado sin embargo la dulce risa de Mina se empezó a escuchar y Chseyoung empezó a reír también.
¿Cuánto tiempo había pasado desde que Mina no había reído así? No lo recordaba...
— Vamos a comer antes de que la comida se enfríe. -Mina se levantó del césped y ayudó a Chaeyoung a levantarse.-
Chaeyoung obedientemente siguió a la mayor, ambas se sentaron en la manta y empezaron a comer los bocadillos.
— Mina ¡mira esa nube! -Chaeyoung señaló una nube en el cielo.- ¡Se parece a ti!
— ¿Por qué lo dices Chae? Creo que se parece a ti, mira las mejillas son muy redondas al igual que las tuyas
— Claro que no, se parece a ti
— Creo que ganas tú
La comida siguió con pequeñas conversaciones y risas, Mina nunca había reído tanto, las anécdotas de Chaeyoung solían ser graciosas y no la aburrían para nada.
Sin embargo en el último bocadillo Chaeyoung se había quedado callada algo que preocupó a Mina.
— Minari, ¿te puedo contar un secreto?
— Claro que sí Chae, pues confiar en mí...
— Hace poco, escuché que la gran reina viuda quiere matar al rey...
Aquellas palabras dejaron completamente helada a Mina, ¿cómo su pequeña había escuchado aquello?
— ¿Crees que deba decirle al rey, Minari?
— ¡No! -exclamó exaltada asustando a Chaeyoung, suspiró levemente calmandose.- Quiero decir... que no deberías decirlo a nadie más, puede que hayas escuchado mal y puedes meterte en problemas
— Pero estoy segura que escuché bien...
— ¿Qué dices si vamos a jugar un poco?
Los ojos de Chaeyoung brillaron intensamente olvidando por completo lo que le había dicho, se levantó rápidamente para jalar la mano de Mina y jugar.
Ambas corrieron, cada vez que Mina atrapaba a Chaeyoung le robaba un beso haciendo que la menor se pusiera nerviosa.
Chaeyoung se detuvo un momento, puso su mano en su pecho, dolía demasiado ¿había corrido mucho? Sus rodillas se doblaron, cayó al suelo perdiendo la consciencia.
Mina al darse cuenta corrió hacia ella preocupada ¿qué había sucedido?
