El día que le conocí

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Era mi primer dia en el nuevo instituto.

Fue una mañana normal, me levante a las seis, me puse la sudadera nueva que mi madre había comprado para la ocasión, desayune un par de tostadas y me dirigí a la estación de tren más cercana. Era un mañana calurosa de septiembre y el tren estaba lleno hasta arriba; Apenas podía ver mas allá de la chica que estaba a mi lado. Mi fije en su ropa; llevaba unos shorts, demasiado cortos para mi gusto, unas vans, una camiseta de tirantes de color salmón y un collar de perlas.

De golpe, noté como alguien me daba un empujón por detrás y me giré para ver. Me encontré de frente con un tipo que me miraba ferozmente señalándome que me apartara de su camino. Me apresuré a dejarle pasar, con sus ojos infernalmente azules puestos en mi.

La verdad, es que, desde pequeño nunca me ha gustado la gente con los ojos azules... Prefiero a las personas con los ojos verdes, o marrones como yo.

Bueno, como os decía, el hombre agresivo bajó del tren dejando más espacio para la gente dentro de él. Se abrieron las puertas de nuevo, era mi parada. Fui hacia la puerta, esquivando a las personas que me obstruían el paso.

Finalmente conseguí bajarme de aquel tren y con paso firme me dirigí hacia mi instituto. Cuando llegué a la entrada, vi un montón de chicos y chicas de trece a dieciocho años caminando, charlando y riendo por ahí.

Respire hondo y me encamine hacia mi clase, el B. El primer período estaba a punto de empezar pero me las apañe para llegar allí justo a tiempo. Me senté en mi sitio asignado, al lado de un chico de aspecto rudo pero muy apuesto.

Tenía los ojos de un precioso tono verdoso, una nariz delgada y el mentón un poco marcado. Se giró a mirarme y estuvo por lo menos unos diez segundos evaluándome con su mirada como pensando si valía la pena perder su preciado tiempo en mí.

Después de esto, supongo que debió pensar que no podía perder nada por hablarme así con una voz sorprendentemente grave me dijo; Hey..

Hablamos por un largo rato, y sin darnos cuenta ya era la hora de la comida. Me sugirió de comer con él y a mí me pareció grosero rechazarlo así que asentí con la cabeza y me senté a su lado, devorando el rico arroz que había cocinado la cocinera del instituto aquel día.

Me pareció oír una especie de risa que venía de mi derecha, así que, deje el arroz y busque con la mirada al culpable. Me topé a esos ojos verdes mirándome de reojo, con una pequeña sonrisa pícara en sus labios.

-Parece que no te den de comer en tu casa, eh dijo él.

Hice un ruido de protesta, como diciendo; No tienes nada más que hacer?! Me terminé mi plato y entonces él habló.

-Oye... ¿Como te llamabas?

Su pregunta me sorprendió, ya que llevábamos un buen rato en silencio.

-Kei, Me llamó Kei Nishimura. ¿Y tú? Pregunté

-Magnus. Respondió

Entonces me vino a la cabeza, nos habían encargado una tarea en pareja para mañana y me dije a mi mismo que debía encontrar pareja ya. Me levanté y empecé a caminar hacia la mesa de otros compañeros cuando algo o más bien alguien me agarro del brazo.

-A donde vas? Me gruñó

Le expliqué que necesitaba encontrar una pareja para el trabajo, pero él simplemente lo resolvió con que lo hiciéramos nosotros dos juntos.

¿Diferentes o iguales?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora