¿Diferentes o iguales?

Un día mas

Sonó el despertador, tenía que levantarme ya o llegaría tarde al instituto. De repente recordé el día pasado y que al final no habíamos hecho el trabajo. Maldije por lo bajo y me apresuré a buscarlo entre el montón de hojas de mi escritorio.

Lo encontré boca abajo, y cuando le di la vuelta me di cuenta de que si estaba hecho. Intente recordar, pero no conseguí sacar nada así que desayune y me dirigí al bus. Definitivamente, después de la experiencia de ayer no quería volverme a subir a ningún tren durante un gran período de tiempo.

Subí al primero que pasaba y me senté en un asiento vacío a primera fila. Saque el móvil y respondí a los mensajes de mi madre, pero entonces vi un número desconocido. Entre en la foto de perfil y vi que se trataba de esos ojos verdes.

Suspire y le respondí con unos Buenos días, apagándolo. Estuve mirando el paisaje el resto del tiempo, pensando en mis cosas hasta que tuve que bajar.

Seguí el sendero hasta el portal de la escuela y haciendo caso omiso al sonido del timbre, no acelere el paso. La señora de la limpieza había dejado reluciente mi pupitre, haciéndole perder unos cuantos años.

Mire en la mesa del lado, pero su propietario aún no había llegado. Ignore este hecho y me centre en lo que la profesora explicaba, raíces cuadradas... Las odiaba, de verdad no entendía de que te servirían cuando estuvieras en la calle, buscando trabajo.

Me puse a coger apuntes y las horas volaron. A la hora de la comida, Magnus aún no había aparecido así que comí con unos compañeros que había conocido hoy. Se llamaban Carl, Dani y Shane. El único del cual se me quedo su imagen fue Shane, bastante más alto que yo, rubio, ojos marrones avellana y unos dientes relucientes.

La tarde se me hizo un poco pesada, pero finalmente las horas de tortura acabaron y pude regresar a casa.