DANGER ━━ Jaden Hossler

6|Castigada

Estar castigada y sin mis padres en casa, es lo más cruel que me han hecho nunca. Bueno, si, parece re dramática, pero a una semana de las clases, sin mi móvil, sin poder salir, y con guardaespaldas en cada una de las puertas, estar encerrada en mi habitación es bastante triste. Se que puedo ver series o películas, y lo he hecho, estoy a poco de poner una reclamación a Netflix, porque me estoy acabando su catalago. Suspiro y me tiro a la cama. He probado de todo, ejercicio, maquillarme, cuidarme....nada me distrae. Incluso he hecho galletas, que se me quemaron por cierto.

Puede que nada sea suficiente porque tengo una sensación rara en mi interior. Bueno, ni siquiera me parece tan extraño eso. Es decir, es normal sentirme terriblemente observada y acosada, sabiendo que estoy seguramente siendo vigilada a cada hora por alguien que está obsesionado conmigo. Todavía le estoy dando vueltas a eso en mi cabeza, porque claro, aunque todo esto sea subreal, hay muchas preguntas y dudas en mi cabeza que no me dejan dormir. Por ejemplo... ¿Como Jaden tenía todo eso? Cierto es, que en la dark web, sw puede comprar de todo pero... ¿Mi expediente? ¿Mi análisis psicológico? ¿Mi horario? No, es demasiado extraño, y más lo es, que una persona que parece tener una posesividad obsesiva conmigo, se lo haya vendido a alguien como Jaden, que no dudaría en torcerme el cuello si le resultó muy molesta.

Hablando de Jaden, no he vuelto a saber de él en casi una semana. Tiene mi teléfono móvil y eso es algo que me preocupa, casi más que ser vigilada. Sólo espero que este apagado, que le quedase poca batería o que... Bueno, espero que no tenga algún hacker en su casa. No me sorprendería claro, pero la esperanza es lo último que se pierde.

Tampoco he podido hablar con mis amigas, y eso es horrible. Muero por estar con ellas y hacer de que me olvide de que ahora mismo estoy siendo vigilada por dos psicópatas.

Llaman a mi puerta interrumpiendo mis pensamientos, me incorporó en la cama y aliso mi camiseta y mis pantalones, me peino un poco el pelo con los dedos y finjo una sonrisa antes de gritar <pasa>. Peter, uno de los seguratas, abre la puerta.

—Su padre nos ha permitido que tenga una visita—es lo que el me dice.

Sonrio—¿una visita? ¿Quién es?—pregunto entusiasmada.

—Alguien que ha sido muy insistente—dice esto último con una mueca.

La puerta se abre de golpe y del todo y entonces veo a Kio, que me busca con la mirada por toda la habitación y cuando me ve, suelta un suspiro y avanza rápidamente hacia mi, pero Peter le agarra del brazo.

—La distancia, niño—le advierto.

Me rio—Déjalo Peter, no haremos nada.

Mentira

—De usted confío, señorita Jones, es del chico en el que no confío—fulmina a Kio con la mirada.

Sonrió y me levanto de la cama, dejo una mano en el pecho de Peter y pongo un puchero. Ha trabajado para mi familia desde que yo era pequeña y siempre estuvo cuidándome cuando mis padres estaban ausentes. Es mayor pero sigue teniendo ese carácter y ese temperamento que hace que Kio le mire con respeto. Acaba suspirando y asiente, no sin antes mandarle una mirada de advertencia a Kio y por último, cierra la puerta dejándonos solos.