Diciotto

902 122 86
                                    

Llegó a casa saludando de paso a sus padres y hermano, yendo directamente a su cuarto para darse una ducha y buscar algo que ponerse. No era la primera vez que iba una fiesta, pero sí una del tipo universitaria. El tipo de gente era diferente a que cualquier fiesta de adolescentes, habría de todo excepto una fiesta tranquila y debía ser precavido.

Eligió una camisa de seda a rayas con un pantalón de mezclilla junto unas botas de cuero. Para agregar un toque final se echó un poco de sombra en los ojos y un poco de corrector de ojeras, por lo que veía se veía bastante bien.

Mientras ordenaba su hermano lo miraba desde la puerta y cómo aún no lo había notado dió un salto de susto al verlo.

–Por la luna Heeseung, ¿desde hace cuánto estás ahí? –tocó su pecho tratando de calmar su pobre corazón.–

–Desde que te estabas maquillando. –fue a sentarse en la cama de su mellizo.– ¿Vas a salir?

–Sí, es viernes. –su hermano asintió.–

–¿Con Jake? –el alfa niega.– ¿Con quién entonces?

–Un amigo que me invitó a una fiesta universitaria.

–¿Sabes que ahí puede pasar de todo, no? –el
menor por unos minutos solo rueda los ojos.–

–Lo tengo más que claro Heeddunie, no haré nada que después me llegue a arrepentir.

Heeseung ya estaba en la universidad por lo que tenía experiencia en lo que hablaba, lo contrario a Youngbin que repitió un año por lo que estaba en el mismo grado que Jay y Sunghoon. Por la diferencia de horarios casi nunca se veían pero cuando coincidían se desahogaban con el otro, conexión de mellizos como sabrán.

Los hermanos se quedan conversando un rato sobre su semana y Heeseung le repite una y otra vez que tenga precaución donde deja sus cosas sobre todo si bebe, no le gustaría que acabara donde menos quisiera. Su conversación se ve interrumpida cuando Youngbin recibe un mensaje de Seon que ha llegado y está en el auto esperándolo abajo en el auto. Se despide de Heeseung y va hacia el auto del mayor.

–¿Estás listo?

–Dalo por hecho.

Y así partieron rumbo a la gran noche.

Revisaba si finalmente no le faltaba nada, tenía la cajita con galletas, la guitarra a mano y mínimos detalles como su atuendo y variaciones que no se le podían pasar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Revisaba si finalmente no le faltaba nada, tenía la cajita con galletas, la guitarra a mano y mínimos detalles como su atuendo y variaciones que no se le podían pasar. Tan distraído estaba que no notó cuando su cuñado estaba desde la entrada mirándolo con cierta gracia.

–¿Por si acaso no te falta tu cabeza? –preguntó el pecoso mientras se sentaba en la cama del castaño.–

–Cierto, mi cabeza debe estar... –Conectó sus neuronas y entendió lo que hacía.– Entiendo, te estás riendo de mí.

Suspiró y se sentó al lado mientras este sonreía en burla.

–¿Qué es tan gracioso? –preguntó haciendo un puchero.–

No es lo que parece || Jakehoon [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora