No es lo que parece || Jakehoon [EN EDICIÓN]

Ventisette

Al día siguiente ya le habían dado el alta a Jake quien se encontraba en cama viendo una película desde su laptop. No sabía nada de los chicos desde ayer y después del abrazo que le dio Sunghoon se quedó dormido con su lobo moviendo la colita.

¿Enserio tuvo que hacer eso? Gracias a él, Jake tenía una constante batalla consigo mismo.

Su lobo se emocionaba mucho cuando estaba con Sunghoon últimamente. Según él, debe ser con quien más pasa tiempo últimamente y le está teniendo un gran cariño.

Pero él le reclama que no es así, que quiere Sunghoon esté con ellos.

Omega caprichoso, no se conforma con solo su alfa destinado si no que ahora quiere a otro.

Si fuera alguien que no estuviera con él, ya lo hubiera echado de su vida.

No le gustaba Sunghoon.

¿O si?

Cambiando de tema, Jake estaba teniendo algo en mente, no sabría si sería para bien ni para mal.

Ese último tiempo las cosas con Youngbin habían estado algo mal y tal vez su decisión si sea para mejor. No quería seguir pasando mal rato.

Pero por el momento no quería pensar en nada del corazón y solo concentrarse en ser un bulto entre sus frazadas por el frío.

—Otra vez.

Haciendo caso a su entrenador, volvió a repetir la rutina que preparaba, saliendo un poco mejor que antes. Por lo menos no se cayó  en ningún momento.

—Bien, has avanzado mucho ya. Toma un breve descanso y vuelves en diez minutos. —dictó su entrenador.

Sunghoon agradeció saliendo de la pista yendo hacia los asientos donde tenía sus cosas.

No se percató que había alguien a su lado.

—Sunghoon. —el menor casi escupe el agua de su boca sacándole una risa al mayor.— lo siento, veo que no te diste cuenta que llegué.

Cuando le menor ya no tenía agua en su boca, respiró hondo.

—Youngbin hyung, ¿qué hace aquí?

—Vine a verte y a hablar contigo. ¿Se puede?

El menor asintió.

—Tengo diez minutos, así que puedes comenzar y te escucho. —Youngbin tragó saliva antes de comenzar a hablar.—

—Bien, te quería pedir disculpas por lo del otro día. Sé que me excedí con los celos un poco. —el menor lo miró con una ceja alzada como si estuviera bromeando.— okey, tal vez si me excedí bastante. Pero sabes que habitualmente yo no soy así, mis inseguridades han subido a flote ahora que entraremos a la universidad.