Malas desiciones

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Solía ser un ganador, todo era en blanco y negro...

Incómodo, esa era la sensación que tenía desde que puso un pie ahí. De hecho, tenía pocas ganas de ir, pero tampoco podía rechazar la invitación que hasta cierto punto él creo.

Saludó a sus amigos, Erwin iba acompañado de la despampanante Marie, una pareja que acaparaba las miradas, Hange estaba con Moblit bobeando como siempre, mientras Mike y Nanaba silenciosos, no dejaban de enviarse miradas coquetas, por lo que prefirió tomar asiento con los jóvenes solteros, más específicamente al lado de su prima lejana, Mikasa.

Tal vez pueda quedarme y sentirme cómodo viviendo en el pasado...

Saludó con un gesto de cabeza y ella hizo lo mismo, notó que él no era el único con cierto rechazo al evento, Mikasa estaba totalmente seria, si ya de por sí era callada, ahora parecía estar muda, ni siquiera los chistes de Connie, las criticas de Ymir o las apuestas de Reiner le hacían soltar una mueca. Observó que unos lugares más adelante estaba el mocoso castaño con el que Mikasa se había encaprichado tanto desde que era una niña, no obstante éste nunca le correspondió. Recordó que un par de veces quiso evitarle la pena de sufrir diciéndole que a Eren no le interesaba, pero ella era necia y se empecinaba en seguir a su lado, hasta que Eren le presentó a su novia formal, la rubia de cara angelical, Historia Reiss.

Tantos pensamientos están dentro de mi cabeza...

Fue ahí cuando Mikasa por fin comprendió que no podía forzar a que alguien la amará, incluso si ella le amaba inmensamente. En ese momento recordó aquella "maldición" que tenían los miembros de su familia, pues se decía que los Ackerman podían ser fuertes, inteligentes y leales, sin embargo eran desdichados en el amor.

Me siento como si estuviera en un reloj de arena...

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"Patrañas" fue lo primero que dijo cuando su abuelo le contó sobre esa maldición antes de morir. El anciano Ackerman confesó que la mayoría de sus antepasados no fueron felices en cuestiones románticas y si llegaban a serlo, morían.

—¿Entonces como fue que mamá y Kenny nacieron? —dijo Levi con incredulidad

—Mocoso, no confundas el amor con la lujuria —respondió con dureza el hombre de la tercera edad —ni Kenny ni Kuchel fueron productos del amor sino de una noche de desenfreno

—Tsk, no tenias que ser tan gráfico —opinó Levi asqueado

—Pues es para que no te quedes solo —dijo el abuelo —espero que puedas romper esta maldición

Los segundos son implacables...

Después del incidente de Mikasa y Eren, Levi se cuestionó si podría ser real esa "maldición". Su propio abuelo le confesó que no amaba a su esposa. Kenny, a aquel tío extraño y agresivo, solo le conoció una novia, una rubia policía de ojos azules bastante seria e intimidante, la cual falleció en un tiroteo; Kenny nunca mostró pena por la pérdida, pero él más que nadie sabía que su tío sacaba sus penas en los bares acompañado de botellas de alcohol y de mujeres de la vida galante. Su madre, se había enamorado de un tipo que le prometió la luna y demás cosas imposibles, hasta que se aburrió de ella y la dejó preñada, él era el producto de esa fallida relación. Por último, el primo Danny quien fue el único que pareció encontrar un poco de felicidad al lado de su pareja, falleció en un increíble accidente de avión, dejando a Mikasa huérfana a temprana edad.

Mein SeelenverwandterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora