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Notas: las letras en cursiva son parte de la letra de la canción

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Estoy seguro de que lo has oído todo antes, pero realmente nunca tuviste una duda...

Con ésta, era la cuarta vez que era rechazado.

Inhaló y exhaló profundamente dejando que su ser se calmará totalmente, después de todo él mismo no creía llegar a más.

Nunca fue el chico apuesto y popular del colegio, tampoco era el riquillo con una gran billetera, ni el súper atleta famoso, ni el artista melancólico que hacía suspirar a las chicas; más bien era un tipo promedio con una estatura baja y cara de "no te acerques", no era mutimillonario pero ganaba lo suficiente para llevar una vida cómoda, era deportista pero no lo andaba posteando en Instagram, y no tenía dones artísticos pero si un lenguaje florido y sabía poner en su lugar a quien lo retara.

Aún así se preguntaba porque no era tan popular con las chicas, aunque luego recordó que hubo un tiempo donde si lo fue, pero de eso fue hace varios años. Y había un pequeño "recordatorio" de eso, al que por cierto tenía que pasar a recoger la tarde de mañana.

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Otra vez esta el rumor por ahí, que el fuego en tu corazón se apagó...

Llegó puntual a la casa de color blanco que conocía bastante bien, toco el timbre y tras un minuto salió un niño que lo abrazó efusivamente.

―¡Papa! ―gritó el chiquillo emocionado

―Hola Eren ¿como estas? ―acarició el cabello castaño de su hijo

―¡Hoy le pude ganar a Reiner en karate! ―dijo el niño de seis años

―Buen trabajo ―sonrío levemente

―Has llegado Levi ―sonó una voz femenina

Levi giró a ver a la mujer y se sintió incomodo. La mujer pelirroja lo veía de manera indiferente, nada parecido a los ojos brillantes con los que le veía hace años. No podía reprocharle, pues fue por su causa, que aquella adorable señorita de bella sonrisa y alegre carácter, cambiara a ser una mujer fría y rencorosa.

Suspiró ―Buen día Petra, vine por Eren

―Tiene que estar listo mañana a las ocho en el campamento ―mencionó la pelirroja entregando unas maletas ―ya tiene todo preparado aquí

―Bien ―se limitó a contestar el moreno ―Eren despídete

En lo que el niño se despedía de su madre, él fue a guardar el equipaje en el auto, cuando Eren salió, él pudo percibir como los ojos dorados de Petra brillaban por un momento cuando abrazaba al pequeño, además de regalarle una dulce sonrisa. Él sintió un dolor en el pecho.

―¡Te escribiré mamá! ―gritaba el castaño desde la ventanilla del auto agitando su mano, su madre le respondió de igual forma

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Hoy va a ser el día, en que ellos van a recordarte lo que pasó...

Mein SeelenverwandterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora