Mein Seelenverwandter

Primer amor

Notas: las letras en cursiva son parte de la letra de la canción

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Eso es lo que pienso hacer...

"Esa ahora o nunca" me motivé para lograr mi cometido. No es que fuese muy difícil, realmente no lo era, temía más a la expectativa de que sucedería después.

No recordaba cuando fue que eso empezó, debía remontarme a mi primer año de secundaria, cuando entré al club de exploradores, y fue ahí donde lo conocí. En principio me pareció aterrador, entre su lenguaje florido, su obsesión a la limpieza y su fuerza desmedida, me hicieron pensar en él en una especie de ogro. Con el paso del tiempo, al ser miembros cercanos a él —sus subordinados— lo conocí mejor y entonces logré apreciar más fases de su ser, el chico responsable, protector, noble y hasta algo divertido, con su humor negro.

Ahora con los boletos en mi mano, estaba dispuesta a dar el primer paso. Sabía que estaba disponible, así que ¿porque no intentarlo?. El lugar era el adecuado, me convencí al verlo solo en el salón del club, limpiando como siempre.

—Levi Heichou —saludé formalmente, pues así nos referíamos a él en el club

—¿Que haces aquí Petra? —preguntó con su clásica dureza

—Q-quería hacerle una pregunta —¡O no! ¡Estoy empezando a ponerme nerviosa!

—Pues habla —él no notó mi incomodidad

—V-verá —con valentía le mostré dos boletos de cine —tengo dos boletos para la película de Los Justicieros y me preguntaba s-si quisi-ieras ir conmigo a verla —tragué saliva, esa había sido la pregunta más difícil de mi corta vida

Él me miró como examinando mis palabras, más luego siguió con su rutina normal, sentía que estaba tardando demasiado en darme una respuesta.

—Estoy harto de eso —dijo neutral —ya fui a verla con Hange

—¡O no lo sabía! —contesté apenada y triste, aunque no lo demostraría

—Puedes preguntarles a Erd o Auruo —aconsejó el motivo de mis nervios

—C-claro, les preguntaré a ellos, no quería molestarlo —luchaba por contener mis lágrimas

Sin más, salí de ahí con un dolor en el pecho, había rechazado mi propuesta. Me sentí muy avergonzada, ¿que tal si lo contaba? ¿que dirían de mí? ¿de verdad estoy tan loca como para invitar a salir al chico más rudo y antipático del colegio?.

Me tragué mis lágrimas, tal vez había otra oportunidad, aunque en definitiva ya no sería lo mismo cada vez que lo tratara.

Ahora no tengo ningún lugar donde esconderme desde que rechazaste mi amor...

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Sé que no soy la primera, pero no te podré olvidar...

Después de dos horas y media de efectos especiales y estrellas del cine en la pantalla grande, mis grandes amigos y yo salimos a dar una vuelta por el mall, no iba a desperdiciar mis boletos que con tanto esfuerzo conseguí.