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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"Por fin he terminado"

Goku suspiró mientras apoyaba la escoba en la pared, por fin había terminado de limpiar su casa.

Dos días habían transcurrido, a lo largo de este tiempo no había intercambiado ninguna palabra con Ravel, la vigilaba sin que ella se diera cuenta.

No sabía cómo disculparse con ella, por eso evitaba verla hasta que lo tuviera claro... Sin embargo, hoy tendrían que verse sí o sí pues dentro de unos minutos le llevaría a clase.

Ravel tampoco se había disculpado, Goku previó que aquello se debía a su enorme orgullo y no iba a culparla si aquella era su manera de pensar.

Sin embrago, eso no iba a fastidiarle el día, estaba contento porque hoy Serafall llevaría a la cámara demoníaca la propuesta del proyecto que ambos estaban trazando para el inframundo.

Si todo salía bien hoy mismo empezarían a trabajar según le dijo Serafall, después de dejar a Ravel en su colegio iría a ver cómo iban las cosas en aquella zona, luego más tarde iría con Serafall.

Si la propuesta era aceptada hablaría con Lady Phenex para que ella les prestase ayuda económica, aunque las arcas del estado podían hacer esa labor todo dependía de las respuestas que les dieran hoy en la cámara de demonios.

-Oh, es el episodio que grabamos el sábado -habló un sorprendido Goku mientras se veía así mismo en el televisor luchando con Serafall, sin duda Vegeta tendría que estar burlándose de él en estos momentos donde quiera que estuviese.

Apagó la televisión ya que no tenía tiempo, más ahora que su verdadero trabajo en el inframundo había comenzado y tendría que esforzarse para conseguir aquello que se había propuesto.

-A ver cómo está todo por aquí -murmuró Goku mientras que salía a inspeccionar los campos de cultivo como solía hacer de costumbre.

Sembró de nuevo hace tres días, todo aquello que había recolectado lo vendió en un mercado del territorio Gremory y con el dinero que ganó compró varios alimentos para los aldeanos.

Hasta ahora sólo había usado el dinero para comprarse lo básico para subsistir, invertir en gente que lo necesitaba era lo más correcto.

Hoy también comenzarían los entrenamientos de Ravel y Raiser, realmente le entusiasmaba aquella idea aunque el encuentro con Ravel prometía ser incómodo, dentro de un tiempo se produciría.

Sólo les entrenaría a ellos pero no sería un entrenamiento demasiado intensivo ya que no deseaba que los demás demonios de su generación se vieran tan desfavorecidos.

Si se ponía a entrenar a todo el que se cruzase por su camino acabaría rompiendo los estándares de poder de aquel mundo y se produciría un enorme desbalance, por eso pretendía que las cosas siguieran su curso.

Ayudando a ambos hermanos Phenex les haría un favor... no pretendía hacerles los demonios más fuertes del inframundo sino que pretendía hacerles mejores personas de cara al futuro.

No iba a negar que le sorprendió que Raiser aceptara así de fácil, daba por hecho que el Phenex le reconoció como un rival digno.

Si aceptaron el entrenamiento fue por beneficiarse a sí mismos, Ravel y su hermano Raiser alcanzarían la grandeza que anhelaban y utilizarían a Goku como medio para lograrlo.

Ahora bien, ¿por qué no ayudar a los demás demonios y limitarse a los Phenex? Bien, eso es algo que Goku pensó dos veces antes de decidir.

Pensó en entrenar a Sairaorg tras oír su historia, pero una parte de él deseaba ver su crecimiento personal sin su ayuda por lo que sólo se limitó en sanar la enfermedad de su madre, con eso Sairaorg tendría una razón para ser más fuerte.

PhenexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora