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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Habían transcurrido tres meses.

Tres meses desde que Ravel murió en vida.

Tres meses de aquel fatídico día donde vio a Goku, a quien amaba y quien había cambiado su existencia plena, besándose con otra persona.

Una persona que admiró, la maou Serafall.

Todo se derrumbó dentro de ella, así había estado Ravel durante el último tercio de año.

Último mes del año.

Últimos días del año.

-¿Hasta ahora? -preguntó Sheera mirándola con bastante incredulidad y Ravel asintió.

-Hasta ahora -la diablesa parafraseó.

-O sea, desde que le confesaste tus sentimientos, ¿no se han vuelto a hablar? -preguntó Sheera queriendo cerciorarse.

-Así es, no tengo nada más que decirle -habló Ravel cruzándose de brazos mientras abrazaba a su peluche, que se llamaba Foxy.

Después de todo, le dijo lo que sentía.

Unos sentimientos no correspondidos.

-Eso es grave, tú todavía sientes algo por él, ¿y no le vas a hablar? -Sheera afirmó más que preguntando- Argh, no debiste confesarte.

-¿Qué? ¡Pero si fuiste tú quien me animó a hacerlo! -exclamó Ravel en tono acusatorio.

-Ya lo sé, pero fue un grave error de cálculo, tenías que haber esperado -contestó Sheera con la mano en la barbilla- De eso no cabe duda.

-¿Esperado a qué? Sabías que en el fondo era imposible -susurró Ravel hundiendo su cabeza.

Imposible que Goku sintiera lo mismo.

Ya que, ni siquiera la veía como una mujer.

-Vamos, anímate, conocerás más chicos -habló Sheera en tono de consolación- Y esos serán de tu edad y no van a ser pretendidos por la Maou.

Más que consolar, eso la hundió.

Puesto que ninguno sería como Goku.

De repente, la puerta se entreabrió.

-Hum, ¿mamá? -preguntó Ravel, percatándose que se trataba de la matriarca del clan Phenex.

-Ravel, esta noche organizaremos un evento importante aquí en la mansión -habló Reaven.

-¿Un evento? ¿De qué se trata? -inquirió Ravel con curiosidad, acomodándose sobre su cama.

-Ya lo verás -respondió su madre con una sonrisa- Les recomiendo que vayan a comprarse un vestido, el chófer está abajo esperando.

Ravel asintió sin muchas ganas y le indicó a Sheera que le siguiera. -¿Vamos a ver a Goku?

-Ojalá que no -murmuró Ravel desviando la mirada y su rezo fue escuchado ya que era otro chófer el que les estaba esperando.

-¿Dónde estará? -preguntó Sheera curiosa.

-Con su novia, pero eso no nos importa -habló Ravel entre dientes mientras se subía al coche.

Sheera suspiró, viendo cómo estaba Ravel.

Ocultando lo que verdaderamente sentía ella.

Con Goku.

PhenexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora