Phenex

26

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"¡No entiendo nada!"

Sona exclamó en un feroz susurro tras haber arrastrado a Goku hacia un lado mas alejado de todo para hablarle a solas sobre lo ocurrido.

-Hmm, ¿qué sucede Sona? -el sentimiento de duda era palpable en las palabras de Goku, que se veía confundido. Sona se quedó perpleja.

-¿Cómo que "qué sucede"? ¡Que le acabas de pedir matrimonio a Ravel a pesar de salir con mi hermana! -Sona estaba raramente exaltada.

Por primera vez, se la veía así.

-Yo sólo evité que se casara con quien no ama, ¿es eso algo malo? -preguntó Goku con una ceja arqueada, cuestionando su decisión.

-Lo malo es hacerlo cuando tienes pareja, ¿acaso pensaste en cómo le sentaría esta noticia a Serafall? -aquellas palabras fueron como una daga de hielo para Goku.

No, no pensó en Serafall cuando hizo aquello. Simplemente pensó en querer salvar a Ravel de un destino que no la correspondía.

Pero ni siquiera fue por eso, sólo quiso sentirse menos culpable por no haber correspondido los sentimientos de Ravel. Ese fue un acto egoísta.

-No sé qué es lo que planeas, pero como le hagas daño a mi hermana, no te lo perdonaré -aseveró Sona tan seria como nunca.

Ella estaba alegre por ver a Serafall viviendo la epítome de su felicidad, pero Sona vio el acto de Goku como una amenaza para aquella felicidad.

Y más porque Serafall amaba demasiado a Goku.

Una posible ruptura podría dejarla destrozada de por vida ante el gran nivel de desamor al que estaba sometida.

-Jamás haría eso, pero no tenía de otra -habló Goku viendo cómo Sona se daba la vuelta.

-Siempre hay de otra, si yo me liberé de mi compromiso Ravel también podía haberlo hecho -declaró Sona sin mirarle directamente.

Entonces, la chica regresó a la mansión y Goku se quedó pensativo, en este momento su mente estaba nublada por un dilema moral.

Estaba muy claro que Sona tenía razón, como pareja de Serafall no podía comprometerse con nadie más, pero lo hizo sin pensar en ello.

Pero ya era demasiado tarde, no podía recular. Y si perdía, Ravel se casaría con ese demonio, así que estaba en esa encrucijada.

"Esto está funcionando"- a lo lejos, Reaven estaba sonriendo, su plan salió a la perfección.

Concertar un matrimonio para su hija Ravel, pensando que Son Goku lo detendría y así se casarían en un futuro, sólo a ella se le ocurriría.

Y todo estaba yendo conforme quería.

Con Serafall.

La Maou estaba impaciente

Estaba dando vueltas por las puertas de su mansión privada, esto le traía recuerdos de la primera cita.

Sí, aquella que acabó con Goku rechazando sus sentimientos. Definitivamente no quería otra noche así.

"¿Por qué tardará tanto?"- pensó Serafall mordiéndose el labio inferior con impaciencia.

Esto a pesar de que Goku le había mandado un mensaje hace diez minutos diciéndole que estaba llegando al lugar.

De repente el timbre sonó.