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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

"Bien chicos, descansen"

Ante aquellas palabras el par de hermanos se dejó caer sobre el suelo soltando un suspiro de cansancio, llevaban dos horas entrenando.

Goku silbó asombrado al ver la cantidad de lechugas que habían recolectado, se habían superado a sí mismos y habían conseguido alcanzar el objetivo que él había puesto.

"Poco a poco chicos, y superarán sus límites"- pensó Goku con una sonrisa observando a los Phenex, iban avanzando a paso lento y seguro.

Raiser se levantó lentamente, su cuerpo se estaba acostumbrando a este entrenamiento por lo que los dolores le eran menos frecuentes.

Yubelluna le ayudó a levantarse y le llevó hasta un lugar en la sombra para secar el sudor que estaba presente en el rostro y en el cuerpo de Raiser.

-Tranquila, lo haré yo -intervino el demonio tomando la toalla y secándose, Yubelluna abrió sus ojos sorprendida pues jamás Raiser le había dicho algo así en el tiempo que llevaba con él.

"Algo está cambiando en mi señor"- indagó la hermosa diablesa mirando al demonio, desde que él comenzó a entrenar con Goku le notaba distinto... o tal vez era una equivocación suya.

Raiser se masajeó el cuello mientras al mismo tiempo se miraba la mano, se sentía muy distinto a cuando comenzó su entrenamiento con Goku.

"Hum... ¿según él todavía no hemos empezado el entrenamiento?"- se preguntó Raiser extrañado pues si esto era un calentamiento no quería saber qué sería la tortura que vendría después de esto.

Mientras tanto, Ravel seguía jadeando en busca de oxígeno para sus pulmones, ella no entrenaba muy seguido pero las veces que lo hacía siempre acababa exhausta y con el cuerpo dolorido.

"Ese tonto de Goku"- pensó Ravel alzando su cabeza y viendo cómo el rubio daba media vuelta yendo en dirección al terreno de plantaciones.

No pudo evitar sonrojarse recordando aquella noche de hace semanas, cuando bailó con él y luego en su habitación... le besó en la mejilla.

Por más que quería negarlo sabía que no podía... Ravel no podía negar el hecho de que algo estaba cambiando en ella y toda la culpa la tenía Goku.

A su vez desde aquel mismo día Goku parecía más apagado, distraído, triste... no parecía ser el que siempre terminaba sacándola de quicio, no parecía ser el mismo chico con el que bailó aquella noche y el chico al que había besado.

Sabía que algo le había sucedido y quería averiguarlo, si ese tonto de Goku seguía así de triste y apagado no se lo perdonaría jamás.

Con Goku.

"Otra semana más"

Goku suspiró dejándose caer sobre su cama y se llevó las manos al rostro volviendo a suspirar con hastío, su mente era un remolino de emociones.

Tres semanas habían transcurrido desde el baile que tuvo con Ravel, y desde que Serafall le confesó su amor pero él tuvo que rechazarla.

Transcurrieron varios días desde entonces y comenzaron los trabajos en la aldea, los Sitri, Agares, Phenex y Gremory empezaron con la construcción de varias infraestructuras.

Lo primero que hicieron fue evacuar a la población para que se instalasen en tiendas de campaña mientras construían de cero la aldea.

Una vez que tuvieron la aldea despejada y derribada con los planos que hicieron Sona, Seekvaira y demás empezaron el trazado de carreteras y algunos edificios básicos.

PhenexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora