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Hey perros aquí su humilde servidor actualizando de nuevo en honor a los 4k seguidores, muchas gracias por el apoyo.

Será un maratón de caps de mis historias y algunas nuevas que pondrán ver en mi perfil, también en honor a navidad y año nuevo, les deseo unas felices fiestas a todos ustedes.

Es mi cuarta navidad con ustedes y qué mejor manera de celebrarlo con capítulos de mis fics. Si Dios quiere estaré dos o tres navidades más.

Sin más me despido y disfruten la lectura.

PD: la meta será de 425 votos no se quejen :v

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Ravel bostezó levemente mientras bajaba las escaleras hacia el piso inferior de la mansión.

Se quedó dormida mientras hacía los deberes pero logró terminarlos antes de eso, lo único que faltó fue revisarlos y lo hizo tras despertarse.

Sí que se sorprendió algo al verse en la cama y arropada, pronto supo que fue el plebeyo quien la había acostado como hizo otras muchas veces.

Por más molestia que le causara Goku estaba muy agradecida en el fondo, el plebeyo siempre estaba a su lado velando por ella y cuidándola.

Pensó en lo que le dijo su madre hace días sobre si había sido injusta con él... y llegó a la conclusión de que sí, se portó mal con Goku.

Pero no era algo que podía evitar, el plebeyo siempre la sacaba de sus casillas y aquello no ayudaba a que ella se portase mejor con él.

Aunque de cierta forma eso se había vuelto algo esencial en su vida, no se imaginaba un día en el que el tonto plebeyo no la estuviera fastidiando.

En los últimos días Goku estuvo decaído y ella no soportaba eso. Era algo irónico que se quejara de que Goku la molestaba y justo en el momento en que no lo hacía se quejara más.

Por eso mismo le compró los helados, quería recuperar a aquel plebeyo que la sacaba de sus casillas y creaba sensaciones extrañas en ella.

Sensaciones que manifestó besándole en la mejilla la noche del baile en la escuela, y cada vez que lo recordaba los latidos de su corazón aumentaban a niveles nunca antes vistos.

Por más que estuviera dispuesta a ignorar esos sentimientos en el fondo, muy en el fondo Ravel sabía perfectamente qué es lo que sucedía.

Sabía que se estaba enamorando.

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