24

6.6K 542 543
                                    

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Paraíso.

El alma de Serafall se había elevado al paraíso cuando sus labios se chocaron con los de Goku.

Se sentía en el cielo, lo cual era irónico.

Tal sensación se hizo mayor cuando Goku la rodeó con sus brazos afianzando aquel beso y prolongándolo, para el placer y deleite de ella.

Quería que esto siguiera para siempre.

Quería que este beso durase para siempre.

Pero como era de esperar, llegó a su fin.

Ambos mantenían sus frentes unidas. Goku todavía rodeándola con sus brazos. Serafall se separó y se apoyó en el pectoral del guerrero.

-¿T-te ha gustado? -preguntó tímida.

-Sí -respondió Goku con una sonrisa.

Goku tenía que ser sincero. El beso fue impresionante, sintió cosas que hacía mucho que no sentía. Sí, se había dejado llevar.

-L-lo siento, sé que dijiste que querías tiempo pero no me pude resistir... -Serafall se disculpó bajando la cabeza, esto había sido culpa suya.

Pero sin embargo, Goku elevó su rostro tomándola de la barbilla, y le dedicó una de sus sonrisas. Los ojos de Serafall refulgieron.

-Tiempo es lo que más tengo en esta vida, por esta vez me dejaré llevar -respondió Goku acariciando el cabello negro de la diablesa.

Las charlas con Misla y Azazel hicieron que viese las cosas desde otra perspectiva. Sencillamente ahora iba vivir su día a día.

-E-entonces, eso significa que... -un tímido susurro salió de los labios de la diablesa, su corazón latía a mil por hora llena de ansias.

-Ugh, esto se me da bastante mal... -el rubio rascó su nuca- Serafall, ¿quieres ser mi amada?

Eso fue lo que tanto quiso oír Serafall.

-¡Sí! ¡Claro que sí quiero! -exclamó la mujer saltando a los brazos de Goku llena de alegría.

Había soñado con este gran momento.

Y por fin se había hecho realidad, aunque no estaba del todo segura de si era un sueño o no.

Serafall nuevamente selló los labios de Goku en un cálido beso y sintió su corazón latir como nunca antes. Definitivamente no era un sueño.

Goku también se sentía feliz, quizá no al grado de Serafall pero sí lo suficientemente como para continuar aquel beso que empezó la diablesa.

-¿Y a-ahora qué hacemos G-Goku? -preguntó Serafall con sus manos alrededor del cuello del saiyajin rubio, quien la envolvía por la cintura.

-No sé... -murmuró Goku llevándose la mano a la barbilla- Estábamos a punto de ver algo hasta que me besaste, ¡hasta había hecho palomitas!

-L-lo lamento -Serafall bajó la cabeza avergonzada y Goku soltó una pequeña risa, antes de que ella le pellizcase por eso.

Y entonces, se sentaron en el sofá.

Goku con el bol de palomitas en su regazo. Serafall respaldó su cabeza en el hombro del saiyan, y entrelazó su mano con la de Goku.

El rubio le dio play a la película para empezar a verla. Y entonces Serafall tomó una palomita y la acercó a los labios de Goku, que se sorprendió.

PhenexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora